Segundas oportunidades

Tras un divorcio, muchos piensan que no están hechos para disfrutar del amor o simplemente dejan de creer en él; sin embargo, puede haber una segunda oportunidad de parte de Dios para comenzar una relación con la persona que Él tenía desde el principio. No obstante, esta segunda oportunidad no puede darse de forma adecuada si es que no se trabaja en las secuelas.

Por más que has sanado, siempre quedan secuelas

Una herida siempre deja una marca. Y las marcas emocionales generadas por una pérdida pueden estar tan escondidas que salen cuando uno menos se lo espera. Estas se manifiestan en momentos en donde se puede creer que esa reacción es una defensa que nos protege de ser lastimados, cuando en realidad solo genera daño a la otra persona.

Si has identificado este patrón en tu vida, es necesario que busques la ayuda necesaria, ya que las secuelas que tú no notas, para otros puede ser evidente.

Trabaja en tus pensamientos

Los pastores Nina y Carlos León explican que hay cuatro aspectos que forjan a una persona: la crianza, cultura, relaciones y experiencias. Y es en esas áreas que debemos trabajar si queremos sacar el mayor provecho de la segunda oportunidad. Porque, por ejemplo, si no hemos trabajado en los pensamientos que tenemos a causa de nuestra formación, entonces no podremos ver lo que Dios tiene preparado.

Los malos pensamientos nos llevan al mismo lugar de donde Dios nos sacó. Es por ello que cada día debemos recordar lo que Dios dice de nosotros en Su Palabra:

«Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él» (Efesios 4:23-24 TLA).

Sí existe una segunda oportunidad para quien quiere aceptarla; pero hay que estar listos para que esa oportunidad sea un verdadero nuevo comienzo en la vida.