Mi gran bocazaMuestra

Desinflando mentiras con la verdad

Hace años estaba contando algo falso sobre mi niñez. Lo que dije en realidad tenía algo inventado.

¡Vaya! Eso suena mucho mejor que decir que mentí, ¿verdad? Vestimos la mentira con palabras elegantes e inteligentes para que no suene tan mal. 

Todos mentimos y la mayoría sentimos culpa al hacerlo. Sin embargo, acomodamos las mentiras. Si no mentimos en nuestros impuestos, a nuestros cónyuges o en el trabajo, ¿qué hay acerca de las invenciones? Contestamos diciendo “bien” evitando que la gente vea de cerca cómo estamos realmente. Pedimos que los niños digan que no estamos cuando suena el timbre. Nos hacemos los héroes de la historia. Decimos al jefe que una tarea está casi terminada cuando habíamos olvidado comenzarla.

Todo crecimiento comienza con honestidad, entonces seamos honestos. Todas estas “pequeñas invenciones” son mentiras. 

La Biblia es clara en esto. Dios aborrece la mentira. Afortunadamente Él nos ama, pero no le complace que pequemos. Cuando miento, estoy pecando.

Tres mentiras comunes y cómo desinflarlas con la verdad:

1. Mentira: Nos mentimos porque tememos una realidad insoportable. Verdad: La realidad puede ser más de lo que podemos soportar, pero Él se hace fuerte en nuestra debilidad. 

2. Mentira: Mentimos a los demás porque no queremos la incomodidad que conlleva la rendición de cuentas.
Verdad: Confesamos a Dios para obtener perdón; confesamos a otros para obtener sanidad.

3. Mentira: Mentimos a Dios—quizá por temor a que Él deje de amarnos.
Verdad: Dios ve todo y sabe todo, aún así nos ama. 

Transformemos nuestras buenas intenciones en honestas acciones. Desinflemos las mentiras con honestidad. Seamos buscadores y amadores de la verdad, proclamémosla en todo lo que hablamos y hacemos.

-Cindy, narradora de la verdad

Pregunta: ¿Dónde necesito crecer? ¿Cómo puedo comenzar a ser honesto?