¿Cómo Orar?Muestra

Nuestro modelo de oración

La primera línea del Padre Nuestro que Jesús enseñó a sus discípulos durante el Sermón de la Montaña dice: «Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre». La frase: «Padre que estás en el cielo», ¿se refiere a toda la Trinidad? Como cristianos escrupulosos, diríamos que no, que no se refiere a toda la Trinidad. Más bien, se refiere sólo al Padre. Jesús no es nuestro padre. El Espíritu Santo no es nuestro padre. Entonces, ¿a quién debemos orar, cuando oramos?

El patrón que encontramos con más frecuencia en el Nuevo Testamento es que los creyentes se dirigen al Padre, en y por el Hijo o en el nombre del Hijo, y en el poder del Espíritu. Esa es la forma normal y habitual de orar. Oramos a nuestro Padre, en el nombre del Hijo, con la fuerza del Espíritu.

Pero en las doxologías, las alabanzas a Dios en las Escrituras y en todo el Nuevo Testamento, vemos que Dios es una Trinidad. Una doxología que menciona a las tres Personas de la Trinidad se encuentra en 2 Corintios 13:14: «La gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes».

Cada Persona de la Trinidad es digna de alabanza y adoración. En el Nuevo Testamento, hallamos que en ocasiones, se dirigen directamente a Jesús en la oración. Un ejemplo es en Hechos 7:59, cuando Esteban clama para que el Señor Jesús lo reciba. En Hechos 1:24, cuando los apóstoles están buscando un sustituto para Judas, llaman al Señor Jesús. En el Nuevo Testamento, no me viene a la mente ningún lugar donde se dirijan al Espíritu de Dios directamente en oración, pero ciertamente es una persona y se comunica con el pueblo de Dios. Por ejemplo, en el libro de los Hechos, se encuentran declaraciones como: «... el Espíritu de Dios dijo a Pedro». El Espíritu Santo es digno de alabanza y adoración.

El modelo normal es orar al Padre, a través del Hijo, en el poder del Espíritu, esto incluye cada persona de la Divinidad. Pero tenemos una relación personal con un Dios trino.