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Líderes como Cristo

DÍA 6 DE 6

Vicio y virtud: gloria y sencillez

En el Jardín del Edén, la serpiente acabó convenciendo a Adán y Eva para que se apartaran de Dios y comieran del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal con las palabras “serán como Dios”. La tentación de la autoglorificación fue demasiado fuerte para ellos. Eligieron el camino de la gloria pecaminosa en lugar de elegir el camino de la confianza y la obediencia.

Así que no debe sorprendernos que, en su último intento de engañar a Jesús, Satanás intentara emplear una táctica similar. Si funcionó con el primer Adán, seguramente funcionaría con el segundo.

Leemos en Mateo 4:8-9a: “De nuevo el diablo lo llevó a una montaña muy alta. Allí le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. Y le dijo: ‘Todo esto te daré”.

¡Qué oferta! Jesús podía reclamar su herencia antes de los tiempos de su Padre. El mundo estaba literalmente al alcance de su mano: ¡toda la gloria, toda la fama! Podía ser como Dios sin tener que recorrer los caminos de Palestina, recorrer las complejidades de la vida terrenal, soportar dificultades, tomar su cruz o enfrentar el dolor del calvario. Todo lo que pudiera desear o imaginar podría ser suyo sin necesidad de esperar o confiar en Dios.

Pero había una pequeña trampa. “Todo esto te daré si te postras y me adoras”.

En este momento, Satanás mostró sus cartas. Demostró que su deseo más profundo es el mismo que el nuestro: ser como Dios. Jesús podía soslayar a su Padre, salirse de la guía del Espíritu y reclamar su gloria.

El Catecismo Menor de Westminster afirma que “el fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de él para siempre”. Nuestra mayor tentación es negar nuestro llamado más genuino de glorificar a Dios y gozar de él para siempre. Según el diablo, podemos satisfacer nuestros deseos más profundos: gloria, fama, honor y prestigio. Lo único que nos pide es que soslayemos a nuestro Padre celestial y nos salgamos de la guía del Espíritu.

A menudo hemos caído en esta tentación en nuestras iglesias. ¿No será que queremos sentir más la gloria y el aprecio de los demás que el cálido abrazo del amor de Dios?

“¡Vete, Satanás!”, dijo Jesús. “Porque escrito está: ‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él’. Entonces el diablo lo dejó y ángeles acudieron a servirle”.

En el momento de la gran tentación, Jesús eligió hacer lo que Adán y Eva no hicieron.

Eligió ejercer una confianza sencilla en su Padre, una obediencia sencilla a la guía del Espíritu Santo y una fe sencilla en la palabra de Dios.

La sencillez circunnavega la complejidad.

Si queremos protegernos del vicio de la gloria, caminemos en la virtud de la sencillez.

Día 5

Acerca de este Plan

Líderes como Cristo

Explore las cualidades de los líderes como Cristo que influyen en iglesias y en diversos sectores de la sociedad. Adéntrese en temas de amor, dirección guiada por el Espíritu y la batalla entre el vicio y la virtud. Crezca en liderazgo y fe mientras abraza la transformación para ser un líder que refleje a Cristo marcado por la humildad, la integridad y la sencillez.

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Nos gustaría agradecer a Lausanne Movement por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://lausanne.org/?gad_source=1&gclid=CjwKCAjw17qvBhBrEiwA1rU9w8FZprx0dNSpKNbClzKEAGgy7vf4ugD56DE0oxH8AxbnAS-uRybLSBoCvyYQAvD_BwE