Cómo Llegar a Ser Un Líder en Mi IglesiaMuestra
Deseando Liderar De Una Manera Humilde
Cuando servimos fielmente en una Iglesia local, aspirando al liderazgo, debemos ser humildes. No debemos alardear o hacer propaganda de nosotros mismos para que los demás se den cuenta de lo maravillosos que somos. No debemos alabarnos a nosotros mismos delante de otros, o buscar la manera de autopromocionarnos. No. Debemos servir fielmente y dejar que los demás reconozcan nuestros dones. Dios es quien nos exalta a una posición de liderazgo. Si deseamos ser legítimamente exaltados, debemos esperar a que Dios nos promocione.
La Palabra de Dios dice que el Señor se opone a los orgullosos y da gracia a los humildes. Esto significa que debemos confiar en Dios en cuanto al tiempo y la forma de nuestra promoción. La Biblia nos anima a no cansarnos de hacer el bien, porque a su debido tiempo recogeremos la cosecha de lo que hemos sembrado—siempre y cuando no nos rindamos. Necesitamos servir fielmente y esperar en Dios. No deberíamos enojarnos ni comportarnos de mala manera si la promoción no llega lo suficientemente rápido, como quisiéramos que suceda. Dios sabe el tiempo correcto para todo. Él sabe cuándo es la temporada correcta en nuestras vidas para determinadas cosas. El Señor determina cuándo estamos listos para nuestra promoción al liderazgo.
Necesitamos también esperar a que Dios nos promocione a través de los medios adecuados. Jesús contó una historia en el Evangelio de Lucas en la que explica la forma de dicha promoción. Nos ilustró cómo tendríamos que comportarnos en un evento tan importante. Cristo dijo que cuando alguien nos invita a su boda, no debemos sentarnos en el mejor asiento, cerca de los invitados más importantes. Si alguien más importante que nosotros llega a la fiesta, el anfitrión nos pedirá que nos vayamos a los asientos de atrás. Entonces es mejor para nosotros sentarnos en los asientos de atrás. De esa manera, cuando el anfitrión, quien sabe de nuestra importancia, se dé cuenta dónde estamos sentados, nos pedirá que nos sentemos más cerca suyo. Es así exactamente como sucede una promoción en el Reino de Dios. Dios ya ha puesto líderes en la Iglesia local. Cuando tu sirves fielmente y es el tiempo indicado para que seas promocionado, aquellos lideres notaran tu servicio y te ofrecerán la posición que tú anhelas. Mantente humilde y Dios te pondrá en lo alto.
Acerca de este Plan
El Señor les dió dones a todas las personas. Cada cristiano puede liderar en la Iglesia de Dios. El deseo de liderar en el Reino de Dios es noble. Sin embargo, para liderar de manera eficiente, debemos hacerlo con un motivo noble, humilde y fiel. Los ancianos pueden confirmar el don de Dios en nuestras vidas. Debemos liderar de acuerdo a nuestras habilidades, gustosamente y con un corazón de servicio.
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Nos gustaría agradecer a Walking In Grace / Richard Caldwell por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://straighttruth.net/