El Libro de Juan | Las 7 "Señales" y los 7 "YO SOY" de JesúsMuestra

“La sanación del ciego de nacimiento”

Seguro que has experimentado la vida en la oscuridad de alguna forma. Por mi parte, guardo muchos recuerdos no muy agradables de intentar encontrar el camino al refrigerador en la oscuridad de la noche, mientras pisoteaba todos los lego y juguetes que mis hijos dejaban en mi camino. Caminar en la oscuridad sólo conduce a más dolor, y Dios sabe que un corazón roto es mucho peor que un golpe en el dedo del pie. 

La ceguera es igual. Es como un golpe en el dedo del pie. Paraliza a la persona en muchos aspectos, a la vez que agudiza otros sentidos. Pero lo que realmente afecta la ceguera es el corazón de la persona. 

En el milagro de Jesús de sanar a un ciego de nacimiento, el hombre volvió a ver, no para salvarle de las penas de ser ciego, sino para exponerle a los placeres de ser salvado. Jesús afirma que se permitió que esta ceguera permaneciera en este hombre para que en ese momento: "las obras de Dios se mostraran en él". No era para señalar su dolor, sino para despertarlo y exponer a los demás la gloria y el placer que sólo se encuentran en Dios y por Su luz.

Considera tus propias enfermedades físicas, tus propios pecados y tus propias luchas espirituales. Considera cómo te causan dolor físicamente y en tu corazón. Considera cómo reflejan, y se les permite permanecer intactos hasta cierto punto por nuestro Padre; para recordarnos la oscuridad que hay en el mundo. ¡Considera más el poder de la luz, y la vista! Considera más el poder de ver tus dolores a través del poder de los placeres que se encuentran en Dios. En lugar de enfocarte en lo que no tienes, sujétate a Dios en todo lo que es. 

La luz es la única forma de disipar la oscuridad. El placer de adorar a Cristo es el único que puede disipar el pecado en el corazón. Oremos para que Dios nos sane físicamente, y a aquellos en nuestra vida que están sufriendo de diferentes formas, pero oremos profundamente para que Dios sane nuestros corazones y exponga los placeres que están más allá del dolor.