¡Vida Devocional Para Mamás Primerizas!Muestra

La maternidad es un llamado

Quizá mientras comienzas a leer este devocional te sientas abrumada, cansada, o insuficiente. Los primeros días después del parto, las hormonas, la lactancia, el desvelo, pueden pasar una factura emocional fuerte, pero en estas breves líneas deseamos animarte con una verdad que cambia por completo la perspectiva sobre la maternidad. La maternidad es un llamado, es un ministerio, en el cual se ejerce un rol fundamental apuntar a nuestros hijos a Jesús.

¿Sabes qué tienen en común Sara, Ana, Elisabet, María y tú? ¡Adivinaste! Todas ellas y tú incluida tienen en común la maternidad. La Biblia tiene incontables narraciones sobre mujeres ejerciendo su maternidad en circunstancias y momentos sumamente retadores:

Sara, esposa de Abraham, era estéril, y de avanzada edad cuando le fue anunciado que sería madre, una promesa que se hizo realidad al traer al mundo a un niño llamado Isaac, quien es uno de los patriarcas de Israel (Génesis 21).

Ana no podía tener hijos, así que derramó su corazón delante de Dios y le suplicó que le concediera la posibilidad de engendrar, y fue así como Dios respondió su oración y le permitió engendrar un hijo al que llamó Samuel, y quien se convirtió en un sacerdote, y profeta muy importante del Antiguo Testamento (1 Samuel 1:19-28).

Elisabet, esposa de Zacarías, era también estéril, hasta que recibió el regalo de la maternidad y fue mamá de Juan El Bautista, quien preparó el camino para la venida del Mesías: Jesús (Lucas 1:57-80).

Y María, una joven que tomó el reto de decir Sí al llamado de Dios, incluso si su vida dependiera de ello, estuvo dispuesta a traer al mundo a Jesús, quien crecería para morir en la cruz y perdonar nuestros pecados (Lucas 1:26-38).

Estas mujeres fueron llamadas a ser madres de hombres que participarían en el plan redentor de Dios para la humanidad. Dios usó sus vidas para dar vida, Dios las eligió para ser madres y aunque actualmente para la sociedad la maternidad parece un rol poco importante, para Dios es importantísimo. Tanto así que ha dejado incontables historias de mujeres en la Biblia para recordarnos que Él no ve de menos el cargar un bebé en el vientre, el dar a luz, la crianza, y la educación de nuestros hijos.

Tu maternidad importa, Dios tiene planes de bien para tu vida y la de tus hijos, la gran diferencia la marca Cristo en ti, Él está contigo en las madrugadas, estuvo contigo en el parto, y ciertamente estará contigo todos los días de tu vida hasta su regreso (Mateo 28:20).

Oremos:

Señor, gracias por llamarme a la maternidad, gracias por mis hijos, por mi familia, y por interesarte en mí. Gracias porque en ti encuentro paz y propósito, ayúdame a vivir cada día dependiendo de ti, mis hijos son tuyos. Amén.