Un Día a La VezMuestra
Lo dulce para el alma
¿Cómo te sientes cuando estás rodeado de personas negativas? ¿Dónde el amor brilla pero por su ausencia? Es feo, ¿verdad?
Uno de mis propósitos cada nuevo día es no unirme a personas negativas. El de luchar y hacer hasta lo imposible para no dejar contaminar mi corazón ni mi mente de las palabras y actitudes que tienen ciertas personas que nos rodean: en nuestro trabajo, en la calle y aun en la iglesia. Que desean robarte tu paz y felicidad.
Si decimos tener una relación con Dios, ¿por qué dejamos que de nuestra boca solo salgan palabras negativas? ¿Por qué nuestra capacidad de comprensión a los demás es cada vez menor y por qué dejamos que el «orgullo» sea la imagen de nuestra vida?
Cuando recibimos a Jesús como nuestro único y verdadero Salvador, Dios espera que nosotros, a través de conocerle, leer su Palabra y congregarnos en una iglesia, empecemos a dar los dones del Fruto de su Espíritu. Así que mira lo alejados que podemos estar de esto con nuestra manera de ser.
A veces, con la forma en que nos proyectamos a los demás, somos nosotros mismos los que alejamos a nuestros amigos y familiares de Dios, pues lo que hablamos no coincide con lo que somos. Pidámosle a Dios que podamos ser buenos representantes suyos en la tierra.
Escritura
Acerca de este Plan
Un día a la vez, nos habla de la esperanza que encontramos en Dios y nos muestra su voluntad. Nos conduce por el camino del perdón hacia nuestra libertad, nuestro futuro y nuestra victoria por medio del Señor Jesucristo.
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Nos gustaría agradecer a Editorial Unilit por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialunilit.com/