El Primer Paso Al PecadoMuestra

Nunca Hay Que Decidir Al Calor de Las Emociones

Las decisiones con peores consecuencias en mi vida, quizás han sido todas aquellas que tomé al calor de una emoción. Uno jamás debiera tomar decisiones y dar ese primer paso al calor de una emoción. Llámense éstas: odio, rencor, falta de perdón, enojo, ira, tristeza, desesperación, orgullo, impaciencia, hormonas revueltas.

Hace muchos años yo me dedicaba a dibujar planos de construcción. Tenía un buen cliente quien me daba trabajo frecuentemente; solo con el trabajo que él me pagaba, sacaba el dinero necesario para pagar las cuentas, sin contar a otros clientes. Pero un día me enojé porque se retrasó con un pago, así que al calor del enojo le dije un par de cosas, de las cuales hasta hoy me arrepiento.

Y por hablar al calor de una emoción perdí a mi mejor cliente. Él no dejó de trabajar conmigo al instante, pero luego de eso, las cosas ya no volvieron a ser las mismas. Poco a poco fue dejando de darme trabajo, hasta que un día ya no lo hizo más. Lo peor del caso es que el ingeniero era buena onda conmigo; no era que no me iba a pagar, simplemente le habían retrasado su pago y eso ocasionó que se retrasara conmigo. Cuando pienso en el porqué lo hice, la única conclusión a la que llego es necedad pura, en el sentido más amplio de la palabra. Todavía siento pena con él si me lo encuentro.

Siempre me he preguntado qué hubiera pasado si, en vez de reclamarle, hubiera esperado y ya con la cabeza más fría, lo hubiera conversado como personas civilizadas. En ese tiempo trabajaba como freelancer que no era un término conocido en ese momento. Quizás hoy tuviera mi propia empresa de ingeniería.

Lo mismo sucede para aquellos que por una noche de placer terminan involucrándose y quizás teniendo hijos con la persona equivocada, casándose por compromiso, luego experimentan los maltratos, las infidelidades, el divorcio. ¿No te cambia eso la vida para siempre? Y todo por un momento en que nos dejamos llevar por la emoción del momento… Una noche de placer, versus toda una vida de frustración. ¿Valdrá la pena?

Las emociones solo pueden ser controladas por aquellos de carácter firme y con dominio propio, pues si no sabes dominar tus emociones, dice la Palabra: “Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu” (Proverbios 25:28).

Si no se entiende la analogía del versículo anterior, lo que trata de decir es que una persona sin dominio propio, va camino a la ruina y destrucción.