Tu Fe Te Ha SalvadoMuestra

Aun con las migajas

Creo que a nadie le gusta recibir las migajas de nada, nos gusta recibir el manjar completo en todos los sentidos.

En el capítulo 7 de Marcos, nos encontramos con una mujer sirofenicia la cual tenía una hija que tenía un espíritu inmundo. Ella se acerca a Jesús con la fe de que Él podía hacer que su hija fuera libre de ese espíritu.

La respuesta que ella recibe de Jesús no es para nada amable, Jesús le dice que espere que los hijos sean saciados para ella poder recibir, porque no era bueno que se les quite la comida a los hijos para dárselo a los perrillos.

Esta mujer enfocada totalmente en lo que quería recibir le respondió: Estoy de acuerdo contigo, pero los perros comen de las migajas que caen en el piso. Los perros comen al mismo tiempo que los hijos, pues lo que se les cae bajo la mesa ellos lo aprovechan.

Qué impresionante respuesta, qué fe, esta mujer recibió lo que pedía. Ella ni siquiera le interesaba que Jesús viera a su hija, ella sabía que Él solo debía decir la palabra y que por Su palabra su hija sería libre.

Para recibir tu milagro, tu liberación, tu sanidad, no necesitas un gran estrépito. No necesitas un gran manjar, tan solo con las migajas puede suceder tu milagro.

No quiero que vayas a mal interpretar lo que hoy te cuento, no digo que te conformes. Lo que te digo es que nuestro Dios es tan poderoso, que puede obrar aun de la forma más tranquila, en el silencio de tu habitación, sin el banquete en la mesa.

Hoy solo quiero invitarte a usar esa migaja de fe que te queda para provocar tu milagro, Jesús está dispuesto a obrar en ti.