Razón De Vivir Muestra

Dios te ve

“Yo te veo

Tú me ves a mí”.

Dios es omnisciente, todopoderoso y sostiene al mundo entero. Aun así, en medio de todo, Él nunca te ha perdido de vista. Él te conoce porque Él te creó, y ve lo más íntimo de tu corazón. Él ha estado desde el principio y siempre estará.

Estudios prueban que el contacto visual es una forma íntima y efectiva para aumentar la conexión y la confianza entre dos personas. Aunque sea por unos cortos segundos, el contacto visual tiene un efecto profundo que trae unidad, sentido de seguridad y vinculación emocional.

Ahora imagínate cuánto más es el impacto que trae el conectar de esta forma con tu Creador, quien te formó y conoce cada detalle de ti. No habría necesidad de explicar lo que te angustia. Con tan solo sentarte allí frente a Él, recibirás todo lo que tu alma necesita. ¿Qué sucedería si antes de ir a Dios para pedirle, vas a Él para conectarte, en silencio, en confianza y con la certeza de que solo un momento en Su presencia puede transformarlo todo?

El punto de partida para recordar nuestra razón de vivir es simplemente fijar nuestra mirada en Aquel que nunca nos ha quitado la mirada; Aquel que inicia y perfecciona nuestra fe.

En Génesis 16 vemos a Hagar huyendo de una situación difícil. Sin embargo, mientras ella corría de sus problemas, se encontró con Dios. Ella se sentía sola, invisible, rechazada y sin esperanza. Pero en medio de su desierto, no estaba sola. Dios la miró con compasión y vino hacia ella. El Señor renovó su visión y le aseguró que su futuro estaba en Sus manos.

El Señor le preguntó de dónde venía y hacia dónde iba. La verdad es que ella venía de un lugar lleno de dolor y sin rumbo, pero tuvo un momento de contacto visual con su Creador que la redireccionó hacia su destino. Esta revelación cambió la perspectiva de Hagar y la llevó a decir “Tú eres el Dios que me ve… ¿De verdad he visto a Aquel que me ve?”. Solo puedo imaginar el nivel de asombro que habrá sentido Hagar al reconocer que Dios la veía y que ella lo pudo ver a Él.

Hoy, Dios nos invita a fijar nuestra mirada en Él. A medida que reconocemos que Él nos ve y volvemos a mirar a Jesús, cobramos visión, fuerzas y valentía para enfrentar el futuro.

Toma un momento para aquietar tu alma y recibir esta revelación.

En esa quietud, conéctate con tu Creador.