Por los panes y los peces o de corazón

En la Biblia hay dos relatos donde Jesús hizo el milagro de multiplicar panes y pescados. La diversidad de personas que lo seguían se puede agrupar en dos tipos que actualmente existen. Algunos siguen a Jesús por los milagros, siempre esperan un beneficio. Cuando pasa mucho tiempo y no ven que cosas grandiosas suceden, se desaniman y se alejan. Muchos reciben sanidad, pero no se quedan con el Sanador; otros reciben prosperidad económica, pero se les hace muy fácil alejarse del Proveedor. Otros quieren sus problemas resueltos, pero no se quedan con el Defensor. Su motivación está condicionada. Estos son los que tienen que ver para creer y no aprenden lo que es creer por fe.

Sin embargo, hay personas que siguen a Jesús porque reconocen Su sacrificio para darnos salvación y porque creen en La Palabra de Dios. Estos son los verdaderos creyentes, que no los detiene el clima, el lugar, ni las condiciones adversas para servirle al Todopoderoso. Estos son los que tienen perseverancia y convicción; los que han aprendido a creer por fe y anhelan ser más como Jesús.

Evitemos ser del grupo de personas que siguen a Jesús por interés, por la simple curiosidad de lo que pueden obtener a cambio, los beneficios. Para poder ser victoriosos en todos nuestros caminos, hay que anhelar ser más como Él. Hay que dar primero para luego poder recibir. Debemos dar nuestro corazón sin reservas para que sea transformado.

En muchos de los milagros que hizo Jesús, pedía que las personas pusieran algo de su parte, aunque fuese algo insignificante y con eso demostraban su fe. Cuando el Maestro pasaba por Samaria de camino a Galilea, entró en un pueblo y salieron diez leprosos que se detuvieron a distancia y le gritaron: "¡Maestro, ten compasión de nosotros!". Al verlos, Jesús les pide que vayan a presentarse ante los sacerdotes, aun teniendo lepra. Por su obediencia, mientras iban de camino, recibieron sanidad.

Recuerda que el Mesías derramó Su sangre para limpiar a la humanidad del pecado; solo resta caminar por la senda de la obediencia, del servicio, del amor y del sacrificio para ser más como Jesús.