Contemplando a JesúsMuestra

Contemplación. Lo primero que se me viene a la mente es alguien admirando y contemplando un atardecer. Esta bella creación de Dios que es como un regalo que nos da cada día.

Personalmente me gustan mucho los atardeceres, cada atardecer es diferente, con colores únicos, con una combinación de colores increíbles.

David en varias ocasiones hablaba de la creación tan hermosa de Dios, él estaba admirado de todo ello, de los cielos, de las estrellas y en cada momento reconoció que todo lo hermoso que sus ojos admiraban era creación perfecta de Dios.

En el Salmo 19, David comienza afirmando que los cielos proclaman la gloria de Dios. David contemplaba a Dios en lo que podría parecer ordinario. Pero realmente al estar tan centrado en quién es Dios y en contemplar su gloria encontraba lo extraordinario en la contemplación. En la contemplación hay asombro, y David se mantenía asombrado.

Cuando estamos en un contexto tan superficial y efímero necesitamos ser más contemplativos, contemplar lo que pasa a nuestro alrededor, contemplar y agradecer todo lo bueno que Dios ha sido con nosotros. Podemos practicar la contemplación en todo lo ordinario, pero cuando nos mantenemos expectantes en la contemplación ordinaria podremos ver lo extraordinario. Tenemos que voltear nuestra mirada y contemplar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, lo bueno y fiel que ha sido con nosotros. Y en este día, así como David, busca contemplar su hermosura, busca contemplar su gloria, busca contemplarlo en el agradecimiento, deléitate en la perfección del Señor.

Al principio te hablaba de lo mucho que disfruto ver los atardeceres, y estoy segura de que si tú eres como yo, sabes que hay un lugar “especial” en el que sabes que desde ahí puedes ver los atardeceres más hermosos. Este día quiero animarte a que puedas encontrar ese lugar especial para contemplar a Dios. Sé que puedes contemplarlo desde cualquier lugar, pero encuentra un lugar en el que simplemente disfrutes de la presencia de Dios, contemples su hermosura, contemples su gloria, y un lugar en el que sin necesidad de decir algo simplemente contemples.

Elisa Cortes.