Una Navidad desde el pesebreMuestra

No te lo vas a creer pero tú estabas también en esa escena de la natividad. ¡Sí, sí! No estás leyendo mal, tú estabas ahí también.

¿No te acuerdas? Déjame refrescarte la memoria.

Jesús nació en un pesebre, rodeado de animales, por ti. Rebobinemos un poquito más, porque esta historia tiene su comienzo en Génesis. Para hacerte un resumen, Dios crea el mundo, todo es perfecto y existe una relación Padre-hijo con Él. Pero el ser humano decide desobedecer a Dios, y como consecuencia, el pecado entra al mundo, separando la creación de su Dios. Esa relación de Padre-hijo se quiebra. Y desde Génesis 3:15 Dios ha estado luchando para que esa relación rota pueda volver a su forma original.

Y precisamente porque Dios ha estado luchando para que nuestra relación se restaure, Jesús nació aquel día en un pesebre, rodeado de elementos como la estrella, el mesón y los pastores entre otros. Pero déjame asegurarte que de no ser por el amor que tiene hacia ti, quizás la historia habría sido diferente.

Tú eres la razón de que la Navidad sucediera, y no pretendo subirte el ego, pero es que desde que nos revelamos contra Dios, Él ya trazó un plan para recuperarte.

Y sin embargo, esta historia se ve desteñida por las luces navideñas, los regalos, las canciones, las comidas y el tiempo en familia, –y que son cosas maravillosas, no me malinterpretes–. Pero te animo a que estas navidades tu foco esté en la verdadera historia del porqué de la Navidad, y que no solo sea durante esta época, sino que puedas recordar a lo largo de los 365 días del año que Dios no ha dejado de pelear por ti, para que aquello que te aleja de tu Padre –el pecado– sea vencido, y para que veas que Dios ha estado dispuesto a sacrificar lo que más amaba en el mundo –su propio hijo–, por ti.

Algo que no se cuenta mucho en la Navidad es que ese bebé del pesebre nació con el destino de morir. El destino de sacrificarse con los pecados de toda la humanidad a sus espaldas a pesar de ser perfecto.

Para que vuelvas a casa, a tu Padre.

Para que disfrutes de una relación reconstruida.

Y todo por ti.

Y todo por amor.