Encuentro con la familia

Tenía toda la ansiedad normal que se produce al conocer a los padres de tu novia, pero, para colmo, nuestras dos familias eran como la noche y el día. Mi familia era pequeña. La suya era enorme. La mía hablaba inglés y la suya español. Desde el dinero y la religión hasta todo lo demás, éramos diferentes.

Cuando Dios nos adopta en su familia, no sólo ganamos un Padre. Ganamos una familia. Desafortunadamente, la primera vez que me presenté a un estudio bíblico en la iglesia para conocer a esta familia, fue tan aterrador como conocer a mis ahora suegros por primera vez.

A primera vista, puede parecer que no tienes nada en común con otros creyentes, pero es una ilusión. Todos los creyentes del planeta, de todas las naciones, razas y culturas, comparten una cualidad muy importante. En algún momento, reconocieron su pecado y su necesidad desesperada de un salvador. Pueden estar en diferentes puntos del camino, pero todos van en la misma dirección. Todos intentan parecerse a Jesús. Por eso, hay una unidad en la familia de Dios que no se parece a ninguna otra.

Jesús oró para que sus creyentes experimentaran esta unidad. Puede dar miedo, pero no podemos permitir que el miedo nos impida rodearnos de otros creyentes. El cristianismo no puede prosperar en el aislamiento. Necesitamos ir regularmente a la iglesia, asistir a estudios en grupos pequeños y desarrollar relaciones de discipulado. Debemos ser lo suficientemente vulnerables como para dejarnos conocer por el resto de la familia.

Pero sólo podemos experimentarlo cuando nos atrevemos a presentarnos. ¿Te atreverás?

Reflexiona:

¿Tienes amigos que te ayudan a crecer en tu relación con Dios? Si no es así, comprométete a ir a donde están otros cristianos para desarrollar esas relaciones.

Ora:

Querido Señor, confieso que a veces me cuesta acercarme y conocer a otros en el cuerpo de Cristo. Me resulta más fácil centrarme en las cosas que nos separan que en lo que nos une: Jesús. Ayúdame a reconocer la imagen de Cristo en ellos para que podamos tener unidad mientras buscamos edificarnos unos a otros en Cristo. En el nombre de Jesús, amén.

Carlos Santiago es redactor jefe de FamilyLife y ha escrito y colaborado en numerosos artículos, libros electrónicos y devocionales. También fue autor colaborador de "The Story of Us: A Couples Devotional" y "Drawn Together: Un devocional para parejas". Tiene una licenciatura en psicología y un máster en asesoramiento pastoral. Carlos y su esposa, Tanya, viven en Orlando, Florida.