Rut Y Noemí Una Historia De RedenciónMuestra
Ya vimos que Moab resultó ser un lugar de tragedia, no de abundancia. Elimelec y sus hijos murieron, dejando viudas a Noemí, a Orfa y a Rut. Tres mujeres que se vieron obligadas a enfrentar con incertidumbre las horas más oscuras de sus vidas juntas.
En nuestra lectura de hoy, nos identificaremos con el lamento de Noemí en respuesta a su tragedia, porque al igual que con Noemí en oportunidades llegamos a creer erróneamente que las devastadoras circunstancias que nos golpean han sido diseñadas por Dios para hacernos daño.
Los lamentos formaban parte del legado cultural de los pueblos bíblicos, pues eran una forma de expresar angustia, pena, dolor y tristeza. Un arte perdido hoy día, en la mayor parte de la sociedad occidental, debido a la psicología popular que nos ha vendido la errónea idea de mantenernos positivos, aun en medio de los momentos más tristes y desoladores de nuestra existencia.
La Biblia nos señala lo contrario, pues vemos a Noemí adoptando un enfoque diferente; ella desnuda y desgarra su alma, no solo ante sus nueras, sino ante el mismo Dios que la escucha y observa con misericordia, ella se lamenta y dice al Dios del cielo: "La mano del Señor se ha levantado contra mí".
Si bien es cierto que no todas nuestras quejan a Dios lo honran, la verdad es que la biblia nos deja ver a grandes hombres y mujeres de la fe quejándose audazmente ante el Dios del cielo. Observa, el rey David se quejó y se lamentó ante el trono de Dios y, sin embargo, se le describe como un "varón conforme al corazón de Dios", el mismo Jeremías escribió un libro en la Biblia llamado "Lamentaciones". Lo interesante es darnos cuenta de que no solo Dios los escucho, sino que los amó por su valentía.
Si observamos bien, a través de la vida y el testimonio de Noemí, Dios nos esta invitando a acercarnos a él con nuestras penas, nuestras tristezas y nuestras desilusiones de la vida, con el fin de abrir nuestro corazón sin maquillar nuestras emociones o espiritualidad. Este tipo de lamento honra a Dios porque en el fondo somos conscientes de que nada que nos ofrece este mundo tiene la solución para calmar nuestras tristezas y quebrantos, solo Dios tiene las respuestas y la solución a cada crisis que enfrentamos.
Preguntas como: “¿Por qué prosperan los malos? ¿Por qué guarda Dios silencio? ¿Por qué permite Dios que estas personas se salgan con la suya? ¿Por qué Dios no hace nada?" Todas estas preguntas tan pesadas surgen de la firme creencia de que solo Dios puede rescatarnos, salvarnos y alfinal. Solo Dios puede corregir las cosas.
Mi invitación hoy con esta reflexión es que puedas acercarte al trono de la gracia con tu carga emocional, con tus preocupaciones, con tus quebrantos y sin maquillar nada, sigas el ejemplo de Noemí, David y jeremías, y sueltes ante el Dios todo poderoso aquello que te aflige y te carga. Tus enfermedades, tus dolencias, las injusticias de otros que a diario te atropellan.
Pero sobre todo, cuando hagas esto. Recuerda, el tiempo es de Dios, Él es el juez, y Él es misericordioso, Él se identifica con nuestra condición y entiende nuestro dolor, suya es la venganza. Pero, sobre todo, Él es poderoso para salvarnos, en su tiempo y a su manera.
¡Medita en esto!
Acerca de este Plan
El Libro de Rut nos presenta una de las narraciones más cautivadoras de la Bíblia, una historia que resuena con nuestras propias vidas, enfrentada en muchas oportunidades al dolor y a pérdidas paralizantes. Nuestra historia trata de dos viudas pobres, migrantes, desesperadas. Al final, veremos que Dios siempre estuvo presente dirigiendo de forma silenciosa, pero compasiva los pasos de estas mujeres hacia la redención.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://conectar.conociendoadios.net/