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CONTENTAMIENTO Y PACIENCIA

Recuerdo un momento cerca del final de la universidad cuando comencé a preguntarme "¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida?", particularmente en qué trabajo debería comenzar, el tipo de persona con la que debería casarme e incluso a dónde debería mudarme a continuación. Los pensamientos y preguntas sobre el futuro comenzaron a producir ansiedad y estrés. Había tantas incógnitas a tener en cuenta y tantos errores que se podían cometer. Quería que mi vida estuviera dedicada a Dios, pero no sabía lo que Dios quería que hiciera en el momento presente. ¿Por qué Dios no me lo dice y luego me guía activamente? ¿Y por qué iba a permitir complicaciones y dificultades en mi vida?

Al leer la historia de David, me di cuenta de que, aunque la vida de David es muy diferente a la mía, hay una verdad que une nuestra experiencia: la voluntad de Dios para nuestra vida no es tan sencilla como nos gustaría que fuera. En 1 Samuel, David es elegido por Dios para ser el futuro rey de Israel, pero pasarán unos 15 años antes de que David sea coronado. Durante este tiempo, David tiene éxito en todo lo que hace porque Dios bendice sus esfuerzos. Sin embargo, el éxito de David hace que el rey Saúl se ponga celoso y estos celos se convierten gradualmente en mayores grados de violencia hacia David. Mientras escapa de los atentados contra su vida y huye del ejército de Saúl, David soporta la confusión de ser ungido por Dios para ser el futuro rey de Israel mientras está bajo el ataque constante del actual rey de Israel.

Cuando leí esto por primera vez, me pareció muy interesante que el camino de David para convertirse en rey pareciera tan difícil. Nos sentimos llamados a hacer grandes cosas para el Señor, pero en el proceso, encontramos obstáculos en nuestras búsquedas. Esperamos vivir de acuerdo a Su voluntad, pero no entendemos cómo encaja con las dificultades, el estrés y todo lo demás que sucede en nuestras vidas.

En estos períodos de confusión, es importante confiar en que Dios sabe lo que está haciendo. La mayoría de las situaciones difíciles que encontramos son momentos en los que mostramos nuestra fe y confianza en Él. Puede tomar muchos meses o años entender lo que Dios está haciendo en tu vida. En lugar de preocuparte por lo que viene después, concéntrate en encontrar tu contentamiento en Dios y en dónde Él te tiene actualmente. Este enfoque en el momento presente nos ayuda a mantenernos arraigados en vivir el Evangelio y amar bien a los demás. Luego, cultiva una actitud de confianza que persiga pacientemente lo que Dios te está llamando a hacer tanto ahora como en el futuro, confiando en que Él tiene un plan. Cuando hacemos esto, nos permite soportar temporadas de dificultad y nos señala una esperanza mayor.

PREGÚNTATE: CUANDO ME ENCUENTRO CON DIFICULTADES, ¿SOY CAPAZ de confiar verdaderamente en Dios y en Su plan para mi vida? ¿Encuentro mi contentamiento en Él, o busco gozo y felicidad en otras cosas?