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La Palabra (versión española)

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 <div class="book bkJOS">
 <div class="chapter ch7" data-usfm="JOS.7.25+JOS.7.26">
 <div class="p">25Dijo entonces Josu&#233;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Por qu&#233; nos has acarreado la desgracia? Que el Se&#241;or descargue sobre ti esa misma desgracia en este d&#237;a.</div><div class="p">As&#237; que los israelitas lo apedrearon, y despu&#233;s de apedreados, los quemaron en la hoguera 26y levantaron sobre &#233;l un gran mont&#243;n de piedras, que existe todav&#237;a hoy. As&#237; se calm&#243; el furor de la c&#243;lera del Se&#241;or. Por eso aquel lugar se llama todav&#237;a hoy valle de Acor.#8,29.</div>
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 <div class="book bkJOS">
 <div class="chapter ch8" data-usfm="JOS.8">
 <div class="label">8</div><div class="s1">Conquista de Ay</div><div class="p"> 1El Se&#241;or dijo entonces a Josu&#233;:</div><div class="p">&#8212;&#161;No tengas miedo ni te acobardes! Toma contigo a toda la gente de guerra y disponte a atacar a Ay. Yo te entrego al rey de Ay, junto con su pueblo, su ciudad y su territorio.#1,9+; 10,25; Nm 21,34. 2Har&#225;s con Ay y con su rey lo que has hecho con Jeric&#243; y con su rey. Pero pod&#233;is quedaros con el bot&#237;n y el ganado. Pon una emboscada por detr&#225;s de la ciudad.#10,1.28.30.</div><div class="p"> 3Josu&#233;, con todos sus guerreros, se dispuso a marchar sobre Ay. Escogi&#243; Josu&#233; treinta mil guerreros valientes y los hizo partir de noche, 4con esta orden:</div><div class="p">&#8212;Mirad, vosotros os apostar&#233;is emboscados detr&#225;s de la ciudad, pero no os alej&#233;is mucho de ella y estad bien alerta. 5Yo, con toda la gente que me acompa&#241;a, me acercar&#233; a la ciudad. Cuando la gente de Ay salga a nuestro encuentro como la primera vez, fingiremos huir ante ellos. 6Saldr&#225;n en nuestra persecuci&#243;n y los alejaremos de la ciudad, porque se dir&#225;n: &#171;Huyen ante nosotros como la primera vez&#187;. 7Entonces vosotros saldr&#233;is de la emboscada y os apoderar&#233;is de la ciudad; es el Se&#241;or, vuestro Dios, quien os la entregar&#225;. 8En cuanto conquist&#233;is la ciudad le prender&#233;is fuego. Esta es la orden del Se&#241;or y esto es lo que yo os mando.</div><div class="p"> 9Josu&#233;, pues, los hizo partir y ellos prepararon la emboscada apost&#225;ndose entre Betel y Ay, al oeste de Ay. Por su parte Josu&#233;, que pas&#243; la noche con la tropa, 10se levant&#243; de ma&#241;ana, pas&#243; revista a la tropa y, junto con los ancianos de Israel, se dirigi&#243; contra Ay al frente de la misma. 11Todos los guerreros que estaban con &#233;l se fueron acercando hasta llegar frente a la ciudad y acamparon al norte de Ay, dejando el valle entre ellos y la ciudad. 12Josu&#233; hab&#237;a tomado como unos cinco mil hombres y hab&#237;a tendido con ellos una emboscada entre Betel y Ay, al oeste de la ciudad. 13Pero el grueso de la tropa acamp&#243; al norte, quedando la emboscada al oeste. Josu&#233; pas&#243; aquella noche en medio del valle.</div><div class="p"> 14En cuanto el rey de Ay vio esto, sali&#243; de madrugada con toda su gente se apresur&#243; a presentar batalla a Israel en la pendiente que da a la Arab&#225;, sin saber que le hab&#237;an tendido una emboscada detr&#225;s de la ciudad. 15Josu&#233; y todo Israel, haci&#233;ndose los derrotados, se dieron a la fuga camino del desierto. 16Entonces todos los que estaban en la ciudad salieron a una en su persecuci&#243;n. Al perseguir a Josu&#233;, se alejaron de la ciudad, 17no quedando un solo hombre en Ay (ni en Betel) que no saliera en persecuci&#243;n de Israel. As&#237; que, por perseguir a Israel, dejaron la ciudad indefensa.</div><div class="p"> 18El Se&#241;or dijo entonces a Josu&#233;:</div><div class="p">&#8212;Apunta hacia Ay con el dardo que tienes en tu mano, porque te la voy a entregar.</div><div class="p">Josu&#233; apunt&#243; hacia la ciudad con el dardo que ten&#237;a en la mano. 19Tan pronto como extendi&#243; la mano, los emboscados salieron r&#225;pidamente de su escondite, y entraron a la carrera en la ciudad, se apoderaron de ella e inmediatamente la incendiaron.</div><div class="p"> 20Los hombres de Ay miraron hacia atr&#225;s y vieron la humareda que desde la ciudad sub&#237;a hacia el cielo; pero ya no tuvieron posibilidad de escapar ni por un lado ni por otro, pues los israelitas que iban huyendo hacia el desierto se volvieron contra los perseguidores. 21Josu&#233; y todo Israel, viendo que los emboscados hab&#237;an conquistado la ciudad, de la que sub&#237;a una gran humareda, dieron media vuelta y atacaron a los hombres de Ay. 22A su vez, los israelitas que hab&#237;an conquistado la ciudad salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de Ay se encontraron entre dos fuegos, copados por los israelitas que los derrotaron hasta no dejar con vida a un solo fugitivo. 23Al rey de Ay lo prendieron vivo y lo condujeron ante Josu&#233;. 24Una vez que Israel acab&#243; de matar, en el campo y en el desierto, a todos los habitantes de Ay que hab&#237;an salido en su persecuci&#243;n &#8212;ni uno solo qued&#243; que no cayera a filo de espada&#8212;, todo Israel se volvi&#243; sobre Ay pasando tambi&#233;n a cuchillo a su poblaci&#243;n.#Dt 2,34. 25Perecieron aquel d&#237;a todos los habitantes de Ay: un total de doce mil, entre hombres y mujeres.</div><div class="p"> 26Josu&#233; no retir&#243; la mano que ten&#237;a extendida con el dardo hasta que fueron consagrados al exterminio todos los habitantes de Ay.#ver 2,10 (segunda nota) y Ex 17,9-13. 27Y conforme el Se&#241;or hab&#237;a indicado a Josu&#233;, los israelitas se quedaron como bot&#237;n el ganado y otros enseres de la ciudad. 28Josu&#233; incendi&#243; Ay y la convirti&#243; para siempre en un mont&#243;n de ruinas, en una desolaci&#243;n que todav&#237;a hoy permanece.#Dt 13,17. 29Hizo colgar de un &#225;rbol al rey de Ay y lo mantuvo as&#237; hasta la puesta del sol en que orden&#243; bajar el cad&#225;ver del &#225;rbol; luego lo dejaron tirado junto a la puerta de la ciudad y lo cubrieron con un gran mont&#243;n de piedras, que existe todav&#237;a hoy.</div><div class="s1">Sacrificio en el monte &#201;bal y lectura de la ley</div><div class="p"> 30Entonces Josu&#233; construy&#243; un altar al Se&#241;or, Dios de Israel, en el monte &#201;bal, 31conforme a lo que Mois&#233;s, siervo del Se&#241;or, hab&#237;a mandado a los israelitas y est&#225; escrito en el libro de la Ley de Mois&#233;s, a saber: un altar de piedras sin labrar, no tocadas por el hierro. A continuaci&#243;n ofrecieron al Se&#241;or holocaustos sobre &#233;l e inmolaron sacrificios de comuni&#243;n.#Ex 20,25; Dt 27,5.</div><div class="p"> 32Y all&#237; mismo grab&#243; Josu&#233; sobre las piedras una copia de la ley que Mois&#233;s hab&#237;a escrito en presencia de los israelitas.#Dt 27,2-3.11-13. 33Y todo Israel, con sus ancianos, sus funcionarios y sus jueces, estaba de pie a ambos lados del Arca, ante los sacerdotes levitas que portaban el Arca de la alianza del Se&#241;or; extranjeros y nativos se colocaron la mitad en la falda del monte Gariz&#237;n y la otra mitad en la falda del monte &#201;bal, seg&#250;n hab&#237;a mandado Mois&#233;s, siervo del Se&#241;or, cuando bendijo por primera vez al pueblo de Israel. 34Luego, Josu&#233; ley&#243; todas las palabras de la ley &#8212;tanto bendiciones como maldiciones&#8212; tal como est&#225; escrito en el libro de la Ley.#Dt 27,11&#8211;28,68. 35Ni una sola palabra de cuantas Mois&#233;s hab&#237;a prescrito dej&#243; Josu&#233; de leer en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los ni&#241;os y los extranjeros que viv&#237;an entre ellos.</div>
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 <div class="book bkJOS">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="JOS.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">Pacto de Israel con los gabaonitas</div><div class="p"> 1Cuando los reyes de Cisjordania, de la Monta&#241;a, de la Sefela y de toda la costa del mar Grande hasta la regi&#243;n del L&#237;bano (hititas, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos), se enteraron de esto,#3,10 y nota. 2se aliaron para hacer frente juntos a Josu&#233; y a Israel.</div><div class="p"> 3Por su parte, los habitantes de Gaba&#243;n &#8212;que se hab&#237;an enterado de c&#243;mo hab&#237;a tratado Josu&#233; a Jeric&#243; y a Ay&#8212;, 4recurrieron a la astucia. Se proveyeron, al efecto, de v&#237;veres, tomaron alforjas viejas para sus asnos y odres de vino viejos, rotos y recosidos; 5se pusieron tambi&#233;n ropas usadas y sandalias viejas y remendadas. El pan que llevaban para su sustento era todo &#233;l seco y desmigajado. 6Llegaron al campamento de Guilgal, donde se encontraba Josu&#233;, y le dijeron a &#233;l y a los dem&#225;s israelitas:</div><div class="p">&#8212;Venimos de un pa&#237;s lejano y queremos hacer un pacto con vosotros.</div><div class="p"> 7Los israelitas replicaron a aquellos jeveos:</div><div class="p">&#8212;&#191;Y si habit&#225;is en nuestro territorio? Porque en tal caso, no podemos hacer un pacto con vosotros.</div><div class="p"> 8Respondieron a Josu&#233;:</div><div class="p">&#8212;Siervos tuyos somos.</div><div class="p">Josu&#233; les pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qui&#233;nes sois y de d&#243;nde ven&#237;s?</div><div class="p"> 9Le respondieron:</div><div class="p">&#8212;Tus siervos vienen de muy lejana tierra, atra&#237;dos por la fama del Se&#241;or tu Dios, pues hemos o&#237;do hablar de &#233;l, de todo lo que ha hecho en Egipto 10y de c&#243;mo ha tratado a los dos reyes amorreos de Transjordania, a Sij&#243;n, rey de Jesb&#243;n, y a Og, rey de Bas&#225;n, que viv&#237;a en Astarot.#2,10+. 11Nuestros ancianos y los habitantes de nuestra tierra nos indicaron que tom&#225;semos provisiones para el viaje y sali&#233;ramos a vuestro encuentro dici&#233;ndoos: &#171;Somos vuestros siervos y queremos hacer un pacto con vosotros&#187;. 12Mirad, este pan que traemos estaba caliente el d&#237;a en que nos aprovisionamos de &#233;l en nuestras casas y decidimos venir a vuestro encuentro; ahora est&#225; duro y hecho migas. 13Estos odres de vino, que eran nuevos cuando los llenamos, ahora est&#225;n rotos; nuestras sandalias y nuestros vestidos est&#225;n gastados a causa de un camino tan largo.</div><div class="p"> 14Los israelitas, sin consultar previamente al Se&#241;or, aceptaron los obsequios que les tra&#237;an los viajeros.#Nm 27,21; Jue 1,1; 1 Sm 23,2-4; 1 Re 22,5-8. 15Josu&#233; concert&#243; con ellos un tratado de paz y se comprometi&#243; a conservarles la vida; igualmente se lo juraron los jefes de la comunidad.#ver 2 Sm 21,2.</div><div class="s1">Consecuencias del pacto</div><div class="p"> 16Pero, a los tres d&#237;as de cerrado el pacto, los israelitas se enteraron de que viv&#237;an cerca y habitaban en territorio de Israel. 17Partieron, pues, los israelitas del campamento y en tres d&#237;as llegaron a las ciudades gabaonitas, que eran Gaba&#243;n, Quefir&#225;, Beerot y Quiriat Jear&#237;n. 18Pero los israelitas no los mataron, porque as&#237; se lo hab&#237;an jurado los jefes de la comunidad por el Se&#241;or, Dios de Israel. Entonces toda la comunidad comenz&#243; a criticar a los jefes, 19que se explicaron as&#237; ante la comunidad reunida:</div><div class="p">&#8212;Puesto que se lo hemos jurado por el Se&#241;or, Dios de Israel, no podemos hacerles ning&#250;n da&#241;o. 20Tenemos, pues, que respetarles la vida si no queremos que descargue sobre nosotros la c&#243;lera por el juramento que les hemos hecho.</div><div class="p"> 21Y a&#241;adieron los pr&#237;ncipes:</div><div class="p">&#8212;Que conserven la vida, pero que sean le&#241;adores y aguadores para toda la comunidad.</div><div class="p">Conforme a esta decisi&#243;n de los jefes, 22Josu&#233; convoc&#243; a los gabaonitas y les dijo:</div><div class="p">&#8212;&#191;Por qu&#233; nos hab&#233;is enga&#241;ado diciendo que viv&#237;s muy lejos de nosotros, siendo as&#237; que habit&#225;is en nuestro territorio? 23Que la maldici&#243;n caiga sobre vosotros de manera que nunca dej&#233;is de servir como le&#241;adores y aguadores de la casa de mi Dios. 24Los gabaonitas respondieron a Josu&#233;:</div><div class="p">&#8212;Nosotros, tus siervos, conoc&#237;amos lo que el Se&#241;or tu Dios hab&#237;a dicho a Mois&#233;s su siervo, a saber, que os entregar&#237;a todo este pa&#237;s y exterminar&#237;a a vuestra llegada a todos sus habitantes. As&#237; que cuando llegasteis, temimos mucho por nuestras vidas y por eso hemos actuado as&#237;.#Dt 7,1-5. 25Ahora estamos en tus manos y puedes hacer con nosotros lo que te parezca bueno y justo.</div><div class="p"> 26Y esto es lo que Josu&#233; hizo con ellos aquel d&#237;a: los libr&#243; de perecer a manos de los israelitas, 27pero los destin&#243; a ser le&#241;adores y aguadores de la comunidad y del altar del Se&#241;or en el lugar que el Se&#241;or hab&#237;a de elegir; y esta es su ocupaci&#243;n hasta el d&#237;a de hoy.#Dt 12,5; 15,20; etc.</div>
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JosuéMuestra

Escritura

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