Jesús no te dejará soloMuestra
«Jesús es un instructor amable e implacable»
Jesús es un instructor amable, pero también implacable. No estamos tan ansiosos por el crecimiento de nuestra santidad como Él. Tendemos a pensar que nuestros avances, por ahora, son suficientes. Podemos sentirnos tentados a pensar que Jesús es cruel por la cantidad de dolor al que nos somete. Pero la verdad es que no sabemos realmente lo que es bueno para nosotros.
Piensa en las experiencias de entrenamiento que te han proporcionado mayores beneficios. ¿Cuántas de esas experiencias han sido cómodas? Ninguna. Y mientras buscabas (o eras forzado) a alcanzar más excelencia en una disciplina, más estricto fue el entrenamiento, ¿verdad?
¿Cuántas veces quisiste rendirte? ¿Cuántas veces te preguntaste si valía la pena? ¿Cuántas veces te enfadaste con tu entrenador, tu instructor, tu padre o tu jefe por exigirte más de lo que considerabas que era necesario? Si te rendiste, no fue porque el entrenamiento fuese malo, sino porque no querías esforzarte en él, ¿cómo te sentiste? Cuando recuerdas hoy en día a un entrenador, instructor, padre o jefe que no dejó que renunciaras a lo que era mejor para ti, ¿qué piensas de ellos?
Jesús es mucho mejor instructor que cualquiera de ellos. Todos nuestros instructores terrenales nos disciplinaban «como les parecía», pero Jesús nos disciplina «para que participemos de su santidad» (Hebreos 12:10).
Jesús es un instructor amable, pero también implacable. No estamos tan ansiosos por el crecimiento de nuestra santidad como Él. Tendemos a pensar que nuestros avances, por ahora, son suficientes. Podemos sentirnos tentados a pensar que Jesús es cruel por la cantidad de dolor al que nos somete. Pero la verdad es que no sabemos realmente lo que es bueno para nosotros.
Piensa en las experiencias de entrenamiento que te han proporcionado mayores beneficios. ¿Cuántas de esas experiencias han sido cómodas? Ninguna. Y mientras buscabas (o eras forzado) a alcanzar más excelencia en una disciplina, más estricto fue el entrenamiento, ¿verdad?
¿Cuántas veces quisiste rendirte? ¿Cuántas veces te preguntaste si valía la pena? ¿Cuántas veces te enfadaste con tu entrenador, tu instructor, tu padre o tu jefe por exigirte más de lo que considerabas que era necesario? Si te rendiste, no fue porque el entrenamiento fuese malo, sino porque no querías esforzarte en él, ¿cómo te sentiste? Cuando recuerdas hoy en día a un entrenador, instructor, padre o jefe que no dejó que renunciaras a lo que era mejor para ti, ¿qué piensas de ellos?
Jesús es mucho mejor instructor que cualquiera de ellos. Todos nuestros instructores terrenales nos disciplinaban «como les parecía», pero Jesús nos disciplina «para que participemos de su santidad» (Hebreos 12:10).
Acerca de este Plan
En algunos momentos puede que te sientas tentado a pensar que Jesús es cruel, por la cantidad de dolor al que estás siendo sometido. Pero la verdad es que Él sabe realmente lo que es bueno para nosotros. En este devocional de cinco días entenderás que la prueba de fe llega a nuestra vida, no para destruirnos, sino para que obtengamos la victoria por medio de Jesús.
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Nos gustaría dar las gracias a Jon Bloom, redactor para desiringGod.org en colaboración con El Centro Network, por proporcionarnos este plan. Para saber más, visítanos en: www.desiringGod.org y www.elcentronetwork.com