HOMBRES NO COMUNES: Recuperando Tu Identidad de HombreMuestra

Quién Eres y De Quién Eres

Ayer hablamos sobre la falsa identidad y sobre cómo es de fácil tercerizar nuestro valor propio por cosas que no nos ayudan. El día de hoy queremos hablar sobre de dónde vengo con esto. Tengo un hijo varón de cinco años, con brillo en los ojos, y que está siempre muy curioso sobre el mundo que le rodea. Siempre está haciéndome preguntas interminables sobre cómo funcionan las cosas, hacia dónde nos lleva la carretera por la cual estamos conduciendo, en cuánto tiempo vamos a llegar… Ya te imaginas.

Algunas veces me exaspero y simplemente quisiera un poco de paz y tranquilidad. Pero me aseguro de no destruir la curiosidad que hay en él. La razón es la siguiente: es nuestra curiosidad saber de dónde venimos como hombres la que nos servirá de guía para comprender quienes somos y porqué estamos acá. Todos los días antes que mi hijo se vaya a la escuela, lo tomo por los hombros, me arrodillo y le digo “Eres mi hijo. Estoy orgulloso de ti. Tu mamá y yo te amamos grandemente. Eres un Casey. Ahora ve y haz lo mejor que puedas el día de hoy.” Él siempre sonríe y se suelta de mis brazos. Pero yo creo con todo mi corazón que mi hijo necesita oír su identidad de muchacho joven todos los días. Así llegará a convertirse en parte de lo que él piensa sobre sí mismo. Porque cuando deje el jardín de párvulos y camine más lejos, el mundo le ofrecerá una visión opuesta de quién él es y de a quién pertenece.

Para muchos de nosotros, esto puede ser un camino doloroso al recordar a nuestros padres, o incluso a aquellos padres que nunca conocimos. Tal vez nuestro padre estuvo presente en casa, físicamente, todos los días, pero no estaba allí emocional o espiritualmente para nosotros. Cuando me miro al espejo en las mañanas y veo a mis hijos por encima del plato de cereal, tal vez yo sea ese padre.

Cuando nacemos, tenemos padres terrenales, pero sobre todo uno Divino, a medida comenzamos nuestro caminar espiritual también con Dios. Dios comienza a atraer nuestros corazones, y nos dice quiénes somos a través de nuestra dependencia, primeramente, de nuestras madres en cuanto a la alimentación, y también a través de nuestros padres en cuanto a provisión y en otras formas a medida crecemos. Aprendemos de Dios a través de lo que nos rodea sin siquiera incluso darnos cuenta.

Dios dice en Su Palabra que nosotros somos sus hijos, que tenemos derechos de nacimiento, que somos sus herederos que Él es nuestro Padre. Meditemos este día en lo que esto significa en lugar de decirnos lo que típicamente pensamos sobre nosotros mismos.

Lee estos versículos una y otra vez el día de hoy. Ponlos en el espejo de tu baño, en tu carro o en las paredes de tu oficina. Recítalos todo el día, todos los días hasta que los creas y los graves en tu mente y en tu corazón. Observa lo que Dios hará cuando conozcas tu identidad de Hijo de Dios en Cristo, un Heredero al Trono.