Dos Reinos - Parte 2Muestra

El velo rasgado en dos

La crucifixión y muerte de Jesús puede ser una historia que has escuchado muchas veces antes. Pero hoy nos vamos a enfocar en un versículo que marca un “antes y después” para nosotros, las personas del Reino. SI has leído El León, la Bruja y el Ropero, sabrás que un misterioso ropero garantizaba el acceso a Narnia. Si vemos el Antiguo Testamento, vemos algo similar para la gente de Israel.

En el templo había un velo que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo. Los sacerdotes tenían permitido ministrar regularmente en el Lugar Santo, pero solo una vez el sumo sacerdote pasaba por el velo interno a la presencia inmediata de Dios (ej. Éxodo 26:33-35; Levítico 16:2).

Profundiza: Mateo 27, versículo 51 dice, “En ese momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”. Eso significa que, para los hijos de Dios, las personas de Su Reino, ya no hay barreras entre nosotros y Dios. ¿No es eso increíble? Medita en las siguientes verdades hoy: ¡Se te ha otorgado acceso directo al Padre! ¡El Dios viviente ya no habita en un edificio sino en nosotros, Sus hijos!

Sé valiente: Jesús abrió un camino para que todos los que crean en Él puedan ser llamados hijos e hijas de Dios. ¡El velo fue rasgado y ahora podemos experimentar su presencia en nuestras vidas! ¿Con quién podrías compartir esta verdad hoy?

Memoriza: “En ese momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mateo 27:51 NBLA).