Dirección DivinaMuestra

Sirve

Servir a los demás no es algo que me salga de manera natural. Soy una persona egocéntrica. Me gusta hacer las cosas a mi manera. No es algo de lo que me sienta orgulloso, pero por desgracia, es cierto.

No soy el único. Todos podemos ser un poco egocéntricos. Por naturaleza somos personas egoístas. Piénsalo bien: no tienes que enseñar a un niño a ser egoísta. Según Jesús, la vida no se trata solo de nosotros, y sin embargo, todo en nuestra cultura (incluido ese lugar de hamburguesas) trata de decirnos que lo hagamos a nuestra manera.

Una de las formas más rápidas de olvidarse de Dios es ser consumido en «ti mismo». Jesús tenía palabras bastante directas para aquellos que querían seguirlo. Él dijo, «Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.» Mateo 16:24 NVI

Dios quiere que lo hagamos a sumanera. Y no está hablando de carne extra y sin lechuga.

Hablando de comida, Jesús hizo una declaración que debería llevarnos a pararnos antes de pedir nuestra próxima hamburguesa. «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.» Juan 4:34 NVI

Imagina poder decir: «Mi comida es servir a Dios. Mi comida es complacerlo. Mi comida es completar la tarea que Dios me envió a hacer. Mi comida es hacer la voluntad de mi Padre y terminar su obra». Ese es un tipo diferente de alimento. Es vivir con dirección divina.

Cuando toda la cultura dice: «Llénate a ti mismo», Dios nos dice que llenemos a otros.

Cuando las personas a nuestro alrededor dicen: «¡Consigue todo lo que puedas! Se trata de ti», Dios quiere que contribuyamos en lugar de consumir. Cuando toda la cultura dice: «Llénate a ti mismo», Dios nos dice que llenemos a los demás. Dios no nos creó para ser tomadores. Él nos creó para ser dadores. En lugar de centrarnos en nuestros deseos, estamos llamados a centrarnos en las necesidades de los demás. En lugar de ser los primeros en la línea, estamos llamados a esperar al final. Dios nos creó para servir.

Esta forma de vivir cambiará tu historia.

Piénsalo. Las historias que te encanta recordar son aquellas en las que ayudaste a tu vecino, te involucraste en la iglesia o entregaste algo. Eso es porque fuimos creados para servir como lo hizo Jesús en la tierra. La decisión de servir puede no ser natural para ti. No siempre lo ha sido para mí. Pero me he dado cuenta de que servir no es algo que hacemos. El servicio es algo que estamos llamados a ser. Porque cuando servimos, nos volvemos como Cristo.

Ora: Dios, ¿cómo me estás llamando a servir? ¿A quién me llamas a servir? ¿A dónde me llamas a servir?