Devocional Del Día | AbrilMuestra

Dulzura De Dios

Romanos 2:1

No importa quién seas, antes de juzgar la maldad de los demás, es mejor que recuerdes esto: ¡tú tampoco tienes excusa, porque tú también eres culpable de la misma clase de cosas! Cuando juzgas a los demás y luego haces lo mismo que ellos, te condenas a ti mismo.

Sabemos que el juicio de Dios cae sobre los que practican estas cosas. Dios siempre tiene razón, porque tiene todos los hechos.

Y no importa quién creas que eres, cuando juzgas a otros que hacen estas cosas y luego haces las mismas cosas tú mismo, ¿qué te hace pensar que escaparás del juicio de Dios?

¿Las riquezas de su extraordinaria bondad te hacen menospreciarlo y despreciarlo? ¿No has experimentado lo amable y comprensivo que ha sido contigo? No confundas su tolerancia con la aceptación. ¿Te das cuenta de que toda la riqueza de su bondad extravagante está destinado a derretir tu corazón y guiarte al arrepentimiento?

Romanos es una carta que hizo Pablo a los romanos, podemos ver la intención de Pablo de mostrar doctrina, en el capítulo uno vimos la condición del hombre, el hombre tiene maldad. Romanos 2 nos muestra que no podemos justificarnos por nosotros mismos, me llama la atención el versículo 1, ¡tú tampoco tienes excusa, porque tú también eres culpable de la misma clase de cosas!, esto habla de que sin importar quien seamos, todos tenemos pecado en nuestras vidas. Esto conlleva un juicio, esto significa que tenemos un grave problema, estamos en aprietos, tengo maldad dentro de mí y el juez conoce todo, tiene todos los hechos. Pero después de eso, el versículo 4 me encanta como Pablo muestra el Evangelio. No confundas su tolerancia con la aceptación. ¿Te das cuenta de que toda la riqueza de Su bondad extravagante está destinado a derretir tu corazón y guiarte al arrepentimiento?

En arameo bondad extravagante sería dulzura, no te das cuenta que toda la dulzura de Dios es para guiarte a arrepentirte.

Este es el Evangelio, somos malos, no podemos justificarnos, pero la dulzura de Dios quiere darnos otra vida.

Medita: ¿Puedo ver lo dulce de Dios en mi vida?