La Jarra de Alabastro Muestra
Hiede
Volvemos a oír de María de nuevo porque Marta y ella enviaron un mensaje a Jesús avisándole de que su hermano Lázaro estaba enfermo. El relato está en Juan 11:38
“Cuando Jesús llegó, descubrió que Lázaro llevaba en la tumba ya cuatro días… Cuando Marta se enteró de que Jesús venía, ella fue a su encuentro, mientras María esperaba en casa… Marta y Jesús hablaron. Después ella volvió y llamó a su hermana María, y le dijo en privado, ‘El Maestro está aquí y quiere verte.’ Y al oírlo, se levantó rápidamente y fue con él… Cuando María llegó donde estaba Jesús y lo vio, se arrodilló a sus pies y le dijo, ‘Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no hubiese muerto.’ Cuando Jesús vio que lloraba, y que los Judíos que iban con ella también lloraban, se sintió muy perturbado en espíritu y profundamente conmovido. Dijo, ‘¿Dónde lo habéis dejado?’ Ellos le contestaron, ‘Señor, ven y verás.’ … Jesús comenzó a llorar.”
Jesús quería a María.
Sólo podemos imaginar la intensidad y pasión de este encuentro; María rota en su dolor, Jesús roto en presencia de su duelo. Aquí, presenciamos el corazón roto de nuestro Dios debido al sufrimiento de nuestro mundo y su deseo de estar con nosotros en nuestro dolor. Él está, y siempre estará Dios con nosotros, en el lugar de más necesidad. Reza hoy por el sufrimiento de nuestro mundo y agradece a Dios que él esté con nosotros.
Escritura
Acerca de este Plan
Una vida derramada. Vemos un ejemplo de esto en María quien ungió a Jesús (Juan 12:1-8). En los próximos 5 días, hagamos como hizo María y rompamos la jarra de alabastro, para ser inundados por la fragancia de Jesús.
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