Nada Más Importante Que Las PrioridadesMuestra
Pon primero lo primero.
“No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Ex.20:3).
El novelista Mark Twain, creador de las aventuras de Tom Sawyer, dijo sabiamente que “para cambiar tu vida, necesitas cambiar tus prioridades”. Si quieres darle un giro a tu agitada vida, necesariamente vas a tener que reevaluar tus prioridades.
El rey David, el hombre más poderoso de la tierra en su momento, decía que “lo que más le pedía a Dios, lo que más deseaba, era vivir en la presencia del Señor cada día de su vida y deleitarse en Su perfección y gloria” (Sal. 24:4).
Para el rey David esta era la máxima de las prioridades en su vida, conocer a Dios y ser transformado por el poder de Su Palabra; para lo cual necesitaba poner atención, vivir una vida enfocada en Dios para entender y discernir Su voluntad con el fin de obedecerla. Antes que el reino, el poder, las riquezas, las victorias o los territorios conquistados, primero estaba Dios. Amarle, conocerle y deleitarse en Su presencia.
En muchos aspectos podríamos decir que Dios es radical, hay unos “no negociables” de Su parte los cuales debemos cumplir si queremos disfrutar las bendiciones de su compañía y cuidado. Entre ellos, Dios no quiere que pongamos nada por delante de Él. Dios es un Dios celoso, no ese sentimiento humano de envidia o desconfianza. En cierto sentido Su celo, es un celo positivo, pues Él no quiere que compartamos con nadie más lo que le pertenece por derecho a Él como nuestro Creador o Hacedor, es por esto por lo que Él no comparte Su gloria con nadie, lo mismo que Su adoración y servicio (Ex.20:5, Ro 1:21, 25).
Como seres humanos somos propensos a fabricarnos ídolos en nuestro corazón con el fin de rendirnos a ellos y adorarlos. Ídolos como el trabajo, los logros, la familia, los bienes materiales, personas, la fama o buen nombre y hasta los problemas o hábitos de vida que con el tiempo se convierten en conductas destructivas “dioses ajenos” que nos apartan del centro de nuestra adoración que debe ser Dios; es por esto por lo que, lo más importante, es mantener tu primera prioridad como lo más importante:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento” (Mt.22:36-40).
Acerca de este Plan
En un mundo que cada día avanza a mayor velocidad, exigiendo más de nuestro espacio personal y abrumándonos con múltiples tareas simultáneas, el creyente en Jesucristo corre el riesgo de quedar atrapado en un espiral asfixiante. Se trata de una forma de vida en la que nuestras prioridades se desenfocan drásticamente, ya que relegamos lo esencial en favor de lo simplemente importante.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net/