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La verdad sobre el crecimiento

La historia de la conversión de Pablo se encuentra en el capítulo 9 de Hechos. Esta historia relata una de las mayores transformaciones espirituales registradas en la Biblia. Antes de que comenzara el infame viaje misionero de Pablo, despreciaba a los cristianos e incluso planeó asesinarlos. Fue en el camino a Damasco que el Señor lo cegó y lo confrontó por sus malas acciones. En los versículos 15-16, Dios le dice a Ananías, un seguidor de Jesús, que Pablo era un “instrumento escogido” y que tendría que sufrir por proclamar el nombre de Jesús. Durante la visita de Ananías a Pablo, la Biblia dice que las escamas cayeron de los ojos de Pablo, devolviéndole la vista, y que recuperó sus fuerzas y fue bautizado.

El crecimiento no es fácil. Realmente, es probablemente uno de los procesos más incómodos por los que una persona puede pasar. Y lo gracioso de esto es que normalmente ni siquiera te das cuenta de que estás creciendo hasta después de haberlo superado. Aún así, como creyentes, el crecimiento es vital para nuestro caminar con Cristo. Así es como Él nos transforma para ser más como Él. Entonces, cada vez que sientas un poco de presión en tu vida, o sientas que te están exprimiendo, ¡puedes encontrar esperanza al saber que estás creciendo!

Pablo literalmente tuvo que quedarse ciego para convertirse en la persona que Dios lo había llamado a ser. ¡Su transformación ejemplifica perfectamente cómo el sufrimiento eventualmente produce carácter, lo cual produce esperanza!

Desafío: Pídele a Dios que te coloque en un ambiente o te rodee de personas que estimulen el crecimiento en tu vida. Lo más probable es que el proceso sea muy incómodo, pero el resultado te dejará agradecido y con una mayor perspectiva de la vida de la que tenías antes.