Siete Lecciones Que Podemos Aprender De Los Israelitas Y Su Viaje Por El Desierto

Semana Santa

Compartir tu Fe con Amigos y Familia: Una Guía Práctica

Palabras Finales De Jesús

Dios en Medio de la Depresión

Reinicio

Gobernando Bien Tu Casa

Conquistar El Miedo a Compartir Tu Fe

Compartiendo a Jesús después de la Navidad

Siete Tipos De Reposo Sabático Para Nuestra Cultura Moderna

<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch39" data-usfm="GEN.39">
 <div class="label">39</div><div class="s1">Jos&#233; en casa de Potifar</div><div class="p"> 1Los ismaelitas#25,12-18; 37,25-28. llevaron a Jos&#233; a Egipto y all&#237; lo vendieron a un egipcio llamado Potifar, hombre de confianza del fara&#243;n y jefe de la guardia real. 2El Se&#241;or estaba con Jos&#233;, as&#237; que todo lo que emprend&#237;a prosperaba. Jos&#233; fue llevado a casa de su amo egipcio, 3y mientras estuvo all&#237;, su amo se dio cuenta de que el Se&#241;or estaba con Jos&#233;, pues todo cuanto emprend&#237;a prosperaba. 4Esto hizo que Jos&#233; se ganara la simpat&#237;a de su amo, el cual lo hizo su hombre de confianza y le confi&#243; la administraci&#243;n de su casa y de todos sus bienes. 5A partir del momento en que le confi&#243; el cuidado de su casa y sus bienes, el Se&#241;or bendijo la casa del egipcio a causa de Jos&#233;. La bendici&#243;n del Se&#241;or se extendi&#243; sobre todo lo que pose&#237;a el egipcio, tanto en la casa como en el campo. 6As&#237; que Potifar dej&#243; todo cuanto ten&#237;a en manos de Jos&#233;, sin preocuparse de otra cosa que de comer cada d&#237;a.</div><div class="s1">Jos&#233; y la mujer de Potifar</div><div class="p">Jos&#233; era apuesto y atractivo. 7Al cabo de alg&#250;n tiempo la mujer de su amo se fij&#243; en Jos&#233; y un d&#237;a le propuso:</div><div class="p">&#8212;Acu&#233;state conmigo.</div><div class="p"> 8Pero Jos&#233; rehus&#243; diciendo a la mujer de su amo:</div><div class="p">&#8212;Mira, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que posee y cuenta conmigo hasta el punto de no preocuparse de nada; 9en esta casa mando tanto como &#233;l; t&#250; eres lo &#250;nico que me est&#225; prohibido, por ser su mujer. &#191;C&#243;mo voy a cometer yo tal infamia y pecar contra Dios?</div><div class="p"> 10Y, por m&#225;s que ella insist&#237;a d&#237;a tras d&#237;a, Jos&#233; rechazaba su invitaci&#243;n a cortejarla y a acostarse con ella. 11Pero un d&#237;a, Jos&#233; entr&#243; en la casa para despachar sus asuntos sin que ninguno de los criados se encontrara en ella; 12entonces la mujer de Potifar lo agarr&#243; por el manto y le rog&#243;:</div><div class="p">&#8212;Acu&#233;state conmigo.</div><div class="p">Pero Jos&#233;, dejando el manto en manos de la mujer, sali&#243; huyendo de la casa. 13Cuando la mujer vio que Jos&#233; se hab&#237;a dejado el manto en sus manos al salir huyendo, 14llam&#243; a sus criados y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Mirad, mi marido nos trajo un hebreo para que se aproveche de nosotros; ha entrado en mi habitaci&#243;n con la intenci&#243;n de acostarse conmigo, pero yo grit&#233; con todas mis fuerzas; 15y cuando oy&#243; que gritaba con todas mis fuerzas, sali&#243; corriendo y abandon&#243; su manto a mi lado.</div><div class="p"> 16Ella guard&#243; el manto de Jos&#233; hasta que regres&#243; su marido a casa. 17Entonces repiti&#243; la misma historia a su marido:</div><div class="p">&#8212;El hebreo que trajiste quiso abusar de m&#237;, 18pero al o&#237;r que yo gritaba con todas mis fuerzas, sali&#243; corriendo, abandonando su manto junto a m&#237;.</div><div class="p"> 19Cuando el marido oy&#243; de labios de su mujer c&#243;mo la hab&#237;a tratado su siervo, mont&#243; en c&#243;lera; 20acto seguido mand&#243; apresar a Jos&#233; y lo meti&#243; en la c&#225;rcel, donde estaban recluidos los presos del rey. De este modo Jos&#233; fue a parar a la c&#225;rcel.</div><div class="p"> 21Pero el Se&#241;or segu&#237;a estando con &#233;l y no dej&#243; de mostrarle su favor. Hizo que se ganara la simpat&#237;a del jefe de la c&#225;rcel, 22y este lo puso a cargo de todos los presos y de todo lo que all&#237; se hac&#237;a. 23El jefe de la c&#225;rcel no ten&#237;a que preocuparse por nada de lo que estaba a cargo de Jos&#233;, pues el Se&#241;or estaba con &#233;l, y cuanto Jos&#233; emprend&#237;a, el Se&#241;or lo hac&#237;a prosperar.</div>
 </div>
 </div>
</div>

<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch40" data-usfm="GEN.40">
 <div class="label">40</div><div class="s1">Sue&#241;os del copero y del panadero del fara&#243;n</div><div class="p"> 1Ocurri&#243;, pasado alg&#250;n tiempo, que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su se&#241;or. 2Se encoleriz&#243; el fara&#243;n con sus dos cortesanos &#8212;el copero mayor y el panadero mayor&#8212; 3y los hizo poner bajo custodia en casa del capit&#225;n de la guardia, que era la misma c&#225;rcel donde se hallaba preso Jos&#233;. 4El capit&#225;n de la guardia encarg&#243; a Jos&#233; que los atendiera.</div><div class="p">Llevaban varios d&#237;as en la c&#225;rcel, 5cuando en la misma noche, ambos &#8212;el copero y el panadero del rey de Egipto&#8212; tuvieron un sue&#241;o, cada uno el suyo, y cada sue&#241;o con su propio significado. 6Por la ma&#241;ana, cuando Jos&#233; fue a verlos, los encontr&#243; preocupados; 7as&#237; que pregunt&#243; a los dos cortesanos del fara&#243;n que estaban presos con &#233;l en casa de su se&#241;or:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; os pasa hoy que ten&#233;is tan mala cara?</div><div class="p"> 8Ellos contestaron:</div><div class="p">&#8212;Hemos tenido un sue&#241;o, y no tenemos quien nos lo interprete.</div><div class="p">Jos&#233; les respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Dios es quien interpreta los sue&#241;os; cont&#225;dmelos.</div><div class="p"> 9Entonces el copero mayor cont&#243; su sue&#241;o a Jos&#233;:</div><div class="p">&#8212;En mi sue&#241;o ve&#237;a una vid delante de m&#237;, 10que ten&#237;a tres sarmientos. La vid ech&#243; brotes y flores y las uvas iban madurando en los racimos. 11Con la copa del fara&#243;n en la mano, yo tomaba los racimos, los estrujaba en la copa y luego yo mismo la pon&#237;a en la mano del fara&#243;n.</div><div class="p"> 12Jos&#233; le dijo:</div><div class="p">&#8212;Esta es la interpretaci&#243;n: los tres sarmientos son tres d&#237;as. 13De aqu&#237; a tres d&#237;as, el fara&#243;n revisar&#225; tu caso y te repondr&#225; en tu cargo, y volver&#225;s a poner la copa del fara&#243;n en su mano como antes, cuando eras su copero. 14Solo te pido que te acuerdes de m&#237; cuando todo se haya arreglado. Por favor, h&#225;blale de m&#237; al fara&#243;n para que me saque de este lugar, 15pues me raptaron del pa&#237;s de los hebreos, y aqu&#237; no he hecho nada para que me tengan en la c&#225;rcel.</div><div class="p"> 16Cuando el panadero mayor vio que Jos&#233; hab&#237;a acertado con la interpretaci&#243;n del sue&#241;o le dijo:</div><div class="p">&#8212;Pues yo so&#241;&#233; que llevaba tres canastillos de mimbre sobre mi cabeza. 17En el canastillo de arriba llevaba los pasteles que se hacen para el fara&#243;n, pero las aves ven&#237;an a picotear de ese canastillo sobre mi cabeza.</div><div class="p"> 18Jos&#233; le dijo:</div><div class="p">&#8212;Esta es la interpretaci&#243;n: Los tres canastillos son tres d&#237;as. 19De aqu&#237; a tres d&#237;as, el fara&#243;n revisar&#225; tu caso y te har&#225; colgar de una horca, y las aves picotear&#225;n la carne de tu cuerpo.</div><div class="p"> 20Efectivamente, al cabo de tres d&#237;as, el fara&#243;n celebraba su cumplea&#241;os y ofrec&#237;a un banquete a todos sus cortesanos. En presencia de estos, mand&#243; sacar de la c&#225;rcel al copero mayor y al panadero mayor; 21al copero mayor lo repuso en el cargo, para que volviese a ser quien pusiera la copa en la mano del fara&#243;n; 22en cambio, mand&#243; ahorcar al panadero mayor, tal como Jos&#233; hab&#237;a dicho. 23Pero el copero mayor no se acord&#243; de Jos&#233;, sino que se olvid&#243; de &#233;l por completo.</div>
 </div>
 </div>
</div>

<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch41" data-usfm="GEN.41">
 <div class="label">41</div><div class="s1">Los sue&#241;os del fara&#243;n</div><div class="p"> 1Pasaron dos a&#241;os y el fara&#243;n tuvo un sue&#241;o: Estaba de pie junto al Nilo 2cuando de pronto, vio salir del r&#237;o siete vacas robustas y bien cebadas, que se pon&#237;an a pastar entre los ca&#241;averales. 3Detr&#225;s de ellas sal&#237;an del Nilo otras siete vacas flacas y fam&#233;licas, y se pon&#237;an junto a las otras, a la orilla del Nilo. 4Y entonces, las siete vacas flacas y fam&#233;licas se com&#237;an a las siete vacas robustas y bien cebadas.</div><div class="p">En ese momento el fara&#243;n se despert&#243;.</div><div class="p"> 5Volvi&#243; a quedarse dormido y tuvo otro sue&#241;o: Siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas; 6pero otras siete espigas, secas y agostadas por el viento solano, brotaban despu&#233;s de ellas. 7Y las espigas secas devoraron a las siete espigas hermosas y granadas.</div><div class="p">En eso el fara&#243;n se despert&#243; y se dio cuenta de que solo era un sue&#241;o. 8Por la ma&#241;ana, el fara&#243;n, muy intrigado, mand&#243; llamar a todos los adivinos y sabios de Egipto y les cont&#243; sus sue&#241;os, pero ninguno se los sab&#237;a interpretar. 9Entonces el copero mayor dijo al fara&#243;n:</div><div class="p">&#8212;Ahora recuerdo un error que comet&#237;. 10Cuando el fara&#243;n se irrit&#243; contra sus siervos y nos mand&#243; a la c&#225;rcel, bajo custodia del capit&#225;n de la guardia, a m&#237; y al panadero mayor, 11&#233;l y yo tuvimos un sue&#241;o la misma noche, cada sue&#241;o con su propio significado. 12All&#237;, con nosotros, hab&#237;a un joven hebreo, siervo del capit&#225;n de la guardia. A &#233;l le contamos nuestros sue&#241;os y &#233;l los interpret&#243;; a cada uno nos dio la interpretaci&#243;n de nuestro sue&#241;o. 13Y se cumpli&#243; lo que &#233;l nos interpret&#243;: a m&#237; me restablecieron en mi cargo, y al otro lo colgaron.</div><div class="p"> 14Entonces el fara&#243;n mand&#243; llamar a Jos&#233;. Enseguida lo sacaron de la c&#225;rcel, lo afeitaron, lo cambiaron de ropa y fue llevado ante el fara&#243;n.</div><div class="p"> 15Este le dijo:</div><div class="p">&#8212;He tenido un sue&#241;o que nadie ha podido interpretar. He sabido que t&#250;, si oyes un sue&#241;o, eres capaz de interpretarlo.</div><div class="p"> 16Jos&#233; respondi&#243; al fara&#243;n:</div><div class="p">&#8212;No soy yo, sino Dios, quien dar&#225; al fara&#243;n una respuesta propicia.</div><div class="p"> 17El fara&#243;n dijo a Jos&#233;:</div><div class="p">&#8212;En mi sue&#241;o, yo estaba de pie a la orilla del Nilo, 18cuando de pronto, salieron del r&#237;o siete vacas robustas y bien cebadas que se pon&#237;an a pastar entre los ca&#241;averales. 19Detr&#225;s de ellas salieron otras siete vacas flacas, feas y fam&#233;licas. Nunca vi en Egipto unas vacas tan raqu&#237;ticas. 20Y de pronto, las siete vacas flacas y fam&#233;licas se comieron a las siete vacas anteriores, las robustas. 21Cuando ya se las hab&#237;an tragado, no se notaba que hubiesen engordado; continuaban tan flacas y fam&#233;licas como antes. Y en ese momento me despert&#233;. 22Despu&#233;s volv&#237; a tener otro sue&#241;o en el que siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas; 23pero otras siete espigas, secas y agostadas por el viento solano, brotaban despu&#233;s de ellas 24y devoraron a las siete espigas hermosas. He contado todo esto a los adivinos, pero ninguno de ellos me lo supo interpretar.</div><div class="p"> 25Jos&#233; dijo al fara&#243;n:</div><div class="p">&#8212;Se trata de un &#250;nico sue&#241;o: Dios ha anunciado al fara&#243;n lo que &#233;l va a hacer. 26Las siete vacas robustas y las siete espigas hermosas significan siete a&#241;os. Se trata del mismo sue&#241;o. 27Tanto las siete vacas flacas y fam&#233;licas que subieron detr&#225;s de las otras, como las siete espigas secas y agostadas por el viento solano, significan siete a&#241;os, pero siete a&#241;os de hambre. 28Es lo que he dicho al fara&#243;n: Dios ha mostrado al fara&#243;n lo que va a hacer. 29Van a venir siete a&#241;os de gran abundancia en todo Egipto, 30a los que seguir&#225;n siete a&#241;os de hambre, que har&#225;n olvidar toda la abundancia que antes hubo en Egipto, porque el hambre consumir&#225; todo el pa&#237;s. 31Tan terrible ser&#225; el hambre que no quedar&#225;n se&#241;ales en el pa&#237;s de la abundancia que antes hubo. 32El hecho de que el sue&#241;o del fara&#243;n se haya repetido dos veces, quiere decir que Dios est&#225; firmemente resuelto a realizarlo; y adem&#225;s ser&#225; muy pronto. 33Por tanto, que el fara&#243;n busque un hombre sabio y competente y lo ponga al frente de Egipto. 34Que establezca tambi&#233;n gobernadores por todo el pa&#237;s, encargados de recaudar la quinta parte de la cosecha de Egipto durante esos siete a&#241;os de abundancia. 35Que los gobernadores, bajo el control del fara&#243;n, re&#250;nan toda la producci&#243;n de esos a&#241;os buenos que van a venir, y la almacenen en las ciudades, para que haya reservas de alimento. 36Estas provisiones servir&#225;n despu&#233;s de reserva para Egipto durante los siete a&#241;os de hambruna que van a venir, y as&#237; la gente no morir&#225; de hambre.</div><div class="s1">Jos&#233;, gran gobernador de Egipto</div><div class="p"> 37Al fara&#243;n y a su corte les pareci&#243; acertada la propuesta de Jos&#233;. 38Entonces el fara&#243;n pregunt&#243; a sus cortesanos:</div><div class="p">&#8212;&#191;Es posible que encontremos a un hombre m&#225;s id&#243;neo que este, dotado del esp&#237;ritu de Dios?</div><div class="p"> 39Despu&#233;s dijo a Jos&#233;:</div><div class="p">&#8212;Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie m&#225;s sabio y competente que t&#250;. 40Por eso, t&#250; estar&#225;s al frente de mis asuntos, y todo mi pueblo obedecer&#225; tus &#243;rdenes. Solo el trono real estar&#225; por encima de ti.</div><div class="p"> 41Y a&#241;adi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Mira, te pongo al frente de todo el pa&#237;s de Egipto.</div><div class="p"> 42Acto seguido el fara&#243;n se quit&#243; de la mano el sello oficial y lo puso en la de Jos&#233;. Hizo que lo vistieran con ropa de lino fino, y que le pusieran un collar de oro al cuello. 43Despu&#233;s lo invit&#243; a subirse al carro reservado al segundo del reino y orden&#243; que gritaran delante de &#233;l: &#171;&#161;Abrid paso!&#187;. As&#237; fue como Jos&#233; fue puesto al frente de todo Egipto.</div><div class="p"> 44El fara&#243;n dijo a Jos&#233;:</div><div class="p">&#8212;Yo soy el fara&#243;n, pero nadie en todo Egipto mover&#225; una mano o un pie sin tu consentimiento.</div><div class="p"> 45Y el fara&#243;n impuso a Jos&#233; el nombre de Zafnat-Panej y le dio por mujer a Asenet, hija de Potifera, sacerdote de On.</div><div class="p">Jos&#233; sali&#243; a recorrer Egipto. 46Ten&#237;a Jos&#233; treinta a&#241;os cuando se present&#243; ante el fara&#243;n, rey de Egipto. Al salir de su presencia, viaj&#243; por todo el territorio de Egipto. 47Durante los siete a&#241;os de abundancia, la tierra produjo generosas cosechas 48y Jos&#233; fue acumulando todo el alimento que se produjo en el pa&#237;s durante aquellos siete a&#241;os, deposit&#225;ndolo en las ciudades y almacenando en cada ciudad las cosechas de los campos de alrededor. 49Jos&#233; almacen&#243; tal cantidad de grano, que tuvo que dejar de contabilizarlo, porque no se pod&#237;a llevar la cuenta. Hab&#237;a tanto grano como arena hay en el mar.</div><div class="p"> 50Antes que llegase el primer a&#241;o de hambre, Jos&#233; tuvo dos hijos con su esposa Asenet, hija de Potifera, sacerdote de On. 51Al primog&#233;nito lo llam&#243; Manas&#233;s, porque dijo: &#171;Dios me ha hecho olvidar todos mis sufrimientos y mi casa paterna&#187;. 52Al segundo lo llam&#243; Efra&#237;n porque dijo: &#171;Dios me ha hecho fecundo en esta tierra de mi aflicci&#243;n&#187;.</div><div class="p"> 53Los siete a&#241;os de abundancia en Egipto llegaron a su fin 54y, tal como Jos&#233; lo hab&#237;a predicho, comenzaron los siete a&#241;os de hambre. Hubo hambre en todos los pa&#237;ses, menos en Egipto, pues all&#237; s&#237; ten&#237;an alimento. 55Cuando tambi&#233;n en Egipto se hizo sentir el hambre, el pueblo clam&#243; al fara&#243;n pidiendo comida. Entonces el fara&#243;n dijo a todo el pueblo de Egipto:</div><div class="p">&#8212;Id a ver a Jos&#233; y haced lo que &#233;l os diga.</div><div class="p"> 56Jos&#233;, viendo que el hambre se hab&#237;a extendido por todo el pa&#237;s, abri&#243; los graneros y vendi&#243; grano a los egipcios. El hambre fue arreciando cada vez m&#225;s en Egipto. 57De todos los pa&#237;ses ven&#237;an a Egipto a comprar grano a Jos&#233;, pues en ning&#250;n sitio hab&#237;a qu&#233; comer.</div>
 </div>
 </div>
</div>

El Amor de Dios en GénesisMuestra

Escritura

Acerca de este Plan

Planes relacionados