Adviento: Redescubriendo la Navidad en el caosMuestra
Amor incondicional
Durante la cuarta semana de Adviento, nos enfocaremos en el AMOR.
Romanos 8 nos dice que debemos confiar en que nada puede separarnos del amor de Dios…
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
– Romanos 8:38-39 (NVI)
Al hablar de circunstancias tan inmensas como la vida y la muerte, ángeles y demonios, y el pasado y el presente, pensamos inmediatamente que este versículo solo se refiere a acontecimientos significativos en nuestra vida, como: un error de juicio irreversible, una enfermedad incapacitante o dificultades extremas.
Y es cierto... nada de esto puede alejarnos del amor incondicional de Dios.
Sin embargo, creo que pueden ser las pequeñas cosas que se infiltran, incluso las aparentemente buenas, las que nos alejan de su amor durante la temporada navideña.
Una de las razones por las que me he apegado tanto al Adviento, y a dedicar tiempo a reflexionar sobre la esperanza, la paz, la alegría y el amor de Dios durante esta época, es porque he observado repetidamente que algunas de las actividades tradicionales que más asociamos con la Navidad (las reuniones familiares, la decoración, la entrega de regalos, incluso el servicio) se convierten en las mismas cosas que nos distraen de Jesús.
Podemos llegar a estar tan enamorados de la atmósfera de la Navidad (las vistas, los olores y los sabores) que cuando esas cosas faltan (lo que inevitablemente, en una u otra circunstancia durante las ajetreadas fiestas ocurre), no sentimos el amor que se supone que debe ser tan predominante en esta época del año.
Nuestro tiempo y energía también pueden enfocarse tanto en la preparación de nuestra casa para los invitados, los detalles de la fiesta de la escuela de nuestro hijo o el intercambio del amigo invisible de la oficina, que nos estresamos y nos desgastamos. Y, me atrevo a decir, que a veces pensamos que nuestra actuación exagerada en estas actividades nos hará ganar el amor de la familia, los amigos o los compañeros de trabajo. Aunque nuestras acciones pueden ganarnos el favor de algunos, no son la razón por la que Dios nos ama.
Al leer Romanos 8, y recordar el amor increíble e inconmensurable de Dios por nosotros a través de todas las dificultades que podamos enfrentar en la vida, también puedo decir con confianza que…
Ni largas filas, ni estantes vacíos…
Ni los árboles de Navidad mal montados, ni las luces parpadeantes fundidas…
Ni los regalos que no llegan a tiempo, ni las manualidades sin terminar…
Ni casas de jengibre incompletas ni calendarios de Adviento sin abrir…
… pueden separarnos del amor de Dios.
Puedes reírte, pero a veces son estas pequeñas frustraciones las que nos alejan de Él, y de amar bien a los demás, mientras nos preparamos para celebrar la Navidad.
Esta Navidad, deja que tus tradiciones y celebraciones te permitan amar plenamente a los demás y que también te acerquen al Dios que te ama. Y si una (¡o muchas!) de las pequeñas cosas no salen como las habías planeado, que sepas que Él sigue estando ahí. Que durante este ajetreado tiempo de Adviento sigas confiando en que no hay nada (grande o pequeño) que pueda separarte del AMOR de Dios.
Este plan de 4 días ha sido adaptado de Disfrutando del Adviento: Redescubriendo la Navidad en el caos por Jen Ludwig. Si quieres seguir disfrutando de los dones de esperanza, paz, alegría y amor de Dios con devocionales durante la temporada de Adviento, conéctate con Jen en www.jenludwig.com or @embracingadvent.
Escritura
Acerca de este Plan
¿Anhelas una celebración navideña más profunda y significativa? Este año descubre de nuevo los dones de ESPERANZA, PAZ, ALEGRÍA y AMOR que Dios nos ofrece a todos durante esta temporada tan ajetreada. Redescubriendo la Navidad en el caos explora estos temas de Adviento a través de las Escrituras y lecturas destinadas a ayudarnos a distanciarnos de la locura de la época navideña y realmente ¡celebrar el nacimiento de Jesús!
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