Un mundo cansado se regocija — un Plan de AdvientoMuestra

Durante miles de años la humanidad esperó la venida de Cristo; anhelaban que llegara su Rey y los librara de la opresión. La Biblia está llena de Escrituras que apuntan directamente a Aquel que salvaría a la humanidad de sus pecados.

Cuando Isaías (Isaías 9) describió Su venida, describió Su venida como un infante. Pero este niño crecería y establecería un Reino de justicia para siempre. Cuando celebramos la Navidad, estamos celebrando el momento de la historia en que esta y todas las profecías se cumplieron. Dios vino a estar con nosotros... voluntariamente y con amor.

Pero fue mucho más que un nacimiento: era esperanza. Fue motivo de celebración. Porque cuando Jesús vino, también nos dejó el regalo de la salvación. Su nacimiento es significativo debido a Su muerte. Durante treinta y tres años, Jesús vivió una vida libre de pecado para poder ser el perfecto cordero sacrificado para la expiación de nuestros pecados. En el Calvario, Cristo pagó el precio y venció la muerte para que pudiéramos tener victoria sobre el pecado y la condenación. Entonces, cuando ese precioso bebé nació y fue colocado en el pesebre, no fue solo otro nacimiento. Fue el comienzo del plan redentor de Dios para la humanidad. Un acto en el que no tenía que participar, pero eligió hacerlo por amor. ¡Aleluya!