Un enfoque bíblico para criar a tu hijo deportistaMuestra
¡Oremos! “En la tierra como en el cielo”.
EN SUS MARCAS:
“…Oren sin cesar…”1 Tesalonicenses 5:17
PREPARADOS: La oración es una conversación con Dios, no una transacción.
Estoy casado con una guerrera de la oración. Ella cree en la oración, practica la oración y la oración la fortalece. Cuando los niños eran pequeños, eran notorias sus incursiones nocturnas de oración, iba de rodillas de cama en cama, orando mientras nuestros cuatro hijos dormían. Ella ha orado por cada jugada; ha orado por la prevención de lesiones y para que entren al juego; ha orado en la mayoría de los campos y canchas de escuelas secundarias y en estadios universitarios en toda la Costa Atlántica. He aprendido mucho sobre la oración al ver y escuchar orar a mi esposa por y con nuestros hijos. Ella ha alabado a Dios por victorias asombrosas y ha buscado el consuelo de Dios para los hijos consternados por haber perdido. Ha cumplido fielmente el mandato de 1Tesalonicenses 5:17 de “orar sin cesar”. No es de extrañar que nuestros hijos hayan sido impactados por las oraciones de su madre.
¿Por qué los padres deben orar con y por sus hijos deportistas? Porque Jesús ordenó que oráramos, Jesús enseñó cómo debemos orar, y nuestras oraciones mueven a Dios. No se trata de que estemos tratando de cambiar el corazón y la mente de Dios con nuestras oraciones, sino que nuestros corazones y mentes son cambiados cuando oramos. La verdadera oración nos pone en la dirección correcta con la voluntad de Dios que se cumple “en la tierra como en el cielo”. La oración es el conducto a través del cual nos sincronizamos con la voluntad de Dios.
La oración es misteriosa y milagrosa. Puedes experimentarla, la oración transformará tu vida increíblemente. Pídele a Dios que te ayude a comprender mejor el misterio de la oración analizando los siguientes versículos bíblicos.
LISTOS: Argumento bíblico
Santiago 4:3
1 Juan 5:14-15
Efesios 6:18
Filipenses 4:6-7
FUERA:
1. ¿Qué aprendiste acerca de Dios o sobre Su carácter de los versículos anteriores?
2. ¿Cómo podría tranquilizarte Filipenses 4:6-7 cuando experimentes estrés durante un juego?
3. La Biblia nos enseña que Dios no es un Papá Noel o un genio mágico obligado a cumplir todos tus deseos, sino un Padre bueno y sabio que quiere estar en una relación con sus hijos. ¿De qué manera te animan estos versículos a acercarte a Dios como a un Padre bueno?
TIEMPO EXTRA: Sesión de práctica
1. Invita a tu hijo deportista a orar contigo el día del partido. Si no estás acostumbrado a orar en voz alta con él, podrías orar algo así: “Amado Señor, por favor, protege hoy a (su nombre) de cualquier lesión grave. ¿Le ayudarás a ser un gran compañero de equipo, que pueda representarte bien, sin importar lo que suceda durante el juego? ¿Lo ayudarás a mostrar gracia y compañerismo a los árbitros y oponentes? También te pido que calmes sus nervios y los míos. Por favor ayuda a (su nombre) a jugar con gran esfuerzo y determinación. Ayúdalo a saber la gran bendición que es para mí, pero más importante aún, ayuda a que todo lo que (su nombre) hace en el campo deportivo sea agradable a tus ojos. Oro en el nombre de Jesús, amén”.
Acerca de este Plan
¿Alguna vez has discutido con tu hijo o cónyuge después de un partido? ¿Alguna vez has querido enfrentarte al entrenador de tu hijo? ¿Los deportes juveniles se han apoderado por completo de tu vida familiar? Si has tenido experiencias similares, entonces este plan de 12 días es para ti. A través de testimonios de atletas, entrenadores y padres, así como la verdad de las escrituras relevantes, verás cómo aplicar la Palabra de Dios como padre de un joven atleta.
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