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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch8" data-usfm="EXO.8">
 <div class="label">8</div><div class="p"> 1Dijo, pues, el Se&#241;or a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Manda a Aar&#243;n que extienda su vara sobre los r&#237;os, canales y estanques, para que se llene de ranas el pa&#237;s de Egipto.</div><div class="p"> 2Extendi&#243; Aar&#243;n su mano sobre las aguas de Egipto, y sali&#243; tal cantidad de ranas que se llen&#243; de ellas el pa&#237;s.#Ap 16,13. 3Pero los magos, con sus artes m&#225;gicas, hicieron lo mismo: consiguieron que las ranas invadieran todo el pa&#237;s. 4Entonces el fara&#243;n mand&#243; llamar a Mois&#233;s y Aar&#243;n y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Suplicad al Se&#241;or para que retire las ranas de m&#237; y de mi pueblo, y dejar&#233; salir a los israelitas para que ofrezcan sacrificios al Se&#241;or.</div><div class="p"> 5Mois&#233;s contest&#243; al fara&#243;n:</div><div class="p">&#8212;&#191;Cu&#225;ndo quieres que interceda por ti, por tus cortesanos y por tu pueblo, para que el Se&#241;or retire las ranas de ti y de tu palacio, y se queden tan solo en el r&#237;o?</div><div class="p"> 6&#8212;Ma&#241;ana mismo &#8212;respondi&#243; el fara&#243;n.</div><div class="p">Mois&#233;s asinti&#243;:</div><div class="p">&#8212;As&#237; se har&#225;, para que reconozcas que no hay nadie como el Se&#241;or nuestro Dios. 7Las ranas se alejar&#225;n de ti y de tu palacio, de tus cortesanos y de todo tu pueblo; &#250;nicamente encontrar&#225;s ranas en el r&#237;o.</div><div class="p"> 8Mois&#233;s y Aar&#243;n salieron de la presencia del fara&#243;n, y Mois&#233;s suplic&#243; al Se&#241;or a prop&#243;sito de las ranas con que hab&#237;a abrumado al fara&#243;n. 9El Se&#241;or accedi&#243; a la petici&#243;n de Mois&#233;s y murieron las ranas de las casas, patios y campos. 10Los egipcios las recogieron y las amontonaron; y un hedor insoportable se extendi&#243; por todo el pa&#237;s. 11Viendo el fara&#243;n que se le daba un respiro, se mantuvo intransigente y como hab&#237;a predicho el Se&#241;or, no cumpli&#243; lo prometido a Mois&#233;s y Aar&#243;n.</div><div class="s1">Tercera plaga: los mosquitos</div><div class="p"> 12El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Manda a Aar&#243;n que extienda su vara y golpee con ella el polvo del suelo para que se convierta en mosquitos por todo Egipto.</div><div class="p"> 13As&#237; lo hicieron. Aar&#243;n extendi&#243; la vara que ten&#237;a en la mano y golpe&#243; el polvo del suelo, el cual se convirti&#243; en una inmensa nube de mosquitos que atacaban a personas y animales. Todo el polvo del suelo de Egipto se transform&#243; en mosquitos. 14Los magos intentaron hacer lo mismo con sus artes m&#225;gicas, pero no lo lograron. Mientras tanto, los mosquitos segu&#237;an atacando a personas y animales. 15Entonces los magos dijeron al fara&#243;n:</div><div class="p">&#8212;&#161;Esto es obra de Dios!</div><div class="p">Pero el fara&#243;n segu&#237;a intransigente y no los escuch&#243;, tal como hab&#237;a predicho el Se&#241;or.</div><div class="s1">Cuarta plaga: los t&#225;banos</div><div class="p"> 16El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Ma&#241;ana temprano, cuando el fara&#243;n se dirija al r&#237;o, pres&#233;ntate ante &#233;l y dile: &#171;Esto dice el Se&#241;or: Deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. 17Porque si no lo dejas salir, yo enviar&#233; sobre ti, sobre tus cortesanos, sobre tu pueblo y tu palacio, t&#225;banos que invadir&#225;n las casas de los egipcios, incluso el suelo que pisan. 18Pero esta vez har&#233; una excepci&#243;n con la tierra de Gosen, donde habita mi pueblo, de modo que all&#237; no habr&#225; t&#225;banos; as&#237; tendr&#225;s que reconocer que yo, el Se&#241;or, estoy en este pa&#237;s. 19Har&#233; distinci&#243;n entre mi pueblo y el tuyo. Ma&#241;ana mismo tendr&#225; lugar esta se&#241;al&#187;.</div><div class="p"> 20El Se&#241;or cumpli&#243; lo que hab&#237;a anunciado, y un enjambre de t&#225;banos se precipit&#243; sobre el palacio del fara&#243;n y las casas de sus cortesanos. Los t&#225;banos dejaron todo el pa&#237;s completamente asolado.</div><div class="p"> 21Entonces el fara&#243;n mand&#243; llamar a Mois&#233;s y Aar&#243;n y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Id y rendid culto a vuestro Dios, pero sin salir de los l&#237;mites del pa&#237;s.</div><div class="p"> 22Respondi&#243; Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;No podemos hacer eso, pues lo que nosotros ofrecemos en sacrificio al Se&#241;or, nuestro Dios, es abominable para los egipcios; y si inmol&#225;semos a la vista de ellos lo que consideran abominable, sin duda nos apedrear&#237;an. 23Debemos hacer un viaje de tres d&#237;as por el desierto para ofrecer sacrificios al Se&#241;or, nuestro Dios, seg&#250;n &#233;l nos ha ordenado.</div><div class="p"> 24El fara&#243;n replic&#243;:</div><div class="p">&#8212;Os dejar&#233; salir para ofrecer sacrificios al Se&#241;or vuestro Dios, con la condici&#243;n de que no os alej&#233;is demasiado. Y rogad tambi&#233;n por m&#237;.</div><div class="p"> 25Mois&#233;s repuso:</div><div class="p">&#8212;En cuanto yo salga de tu presencia, rogar&#233; al Se&#241;or para que ma&#241;ana mismo los t&#225;banos se alejen de ti, de tus cortesanos y de tu pueblo, pero siempre y cuando no vuelvas a enga&#241;arnos ni a impedir que los israelitas salgan a ofrecer sacrificios al Se&#241;or.</div><div class="p"> 26Apenas sali&#243; de la presencia del fara&#243;n, Mois&#233;s suplic&#243; al Se&#241;or, 27y el Se&#241;or accedi&#243; a la petici&#243;n de Mois&#233;s; los t&#225;banos se alejaron del fara&#243;n, de sus cortesanos y de su pueblo. &#161;No qued&#243; ni un t&#225;bano! 28Pero el fara&#243;n, una vez m&#225;s, mantuvo su intransigencia y no dej&#243; salir al pueblo.</div>
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 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="EXO.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">Quinta plaga: peste del ganado</div><div class="p"> 1El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Pres&#233;ntate ante el fara&#243;n y dile: &#171;Esto dice el Se&#241;or, Dios de los hebreos: Deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. 2Si te resistes a dejarlo salir y contin&#250;as reteni&#233;ndolo por la fuerza, 3el poder divino da&#241;ar&#225; el ganado de tus campos: caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas. Habr&#225; una epidemia terrible&#187;. 4Pero el Se&#241;or har&#225; distinci&#243;n entre el ganado de los israelitas y el de los egipcios: ninguna res israelita perecer&#225;.</div><div class="p"> 5El Se&#241;or fij&#243; un plazo diciendo:</div><div class="p">&#8212;Ma&#241;ana llevar&#233; a cabo esta amenaza contra Egipto.</div><div class="p"> 6Y, en efecto, al d&#237;a siguiente, el Se&#241;or cumpli&#243; su palabra: muri&#243; todo el ganado de los egipcios, pero del ganado de los israelitas no muri&#243; ni un solo animal. 7Cuando el fara&#243;n mand&#243; evaluar los da&#241;os, comprob&#243; que del ganado de los israelitas no hab&#237;a muerto ni un solo animal. A pesar de ello, el fara&#243;n sigui&#243; mostr&#225;ndose intransigente y no permiti&#243; salir al pueblo.</div><div class="s1">Sexta plaga: las llagas</div><div class="p"> 8El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s y Aar&#243;n:</div><div class="p">&#8212;Tomad ceniza de horno, y que Mois&#233;s la esparza por el aire en presencia del fara&#243;n. 9La ceniza se extender&#225; por todo el pa&#237;s como una polvareda y en todo Egipto producir&#225; &#250;lceras purulentas en personas y animales.</div><div class="p"> 10Recogieron ceniza de horno, la esparci&#243; Mois&#233;s por el aire en presencia del fara&#243;n y tanto personas como animales se cubrieron de llagas purulentas.#Ap 16,2. 11Los magos no pudieron enfrentarse a Mois&#233;s porque les hab&#237;an salido llagas al igual que a todos los egipcios. 12Pero el Se&#241;or hizo que el fara&#243;n se mantuviera intransigente, sin hacer caso a Mois&#233;s y Aar&#243;n, como ya hab&#237;a predicho el Se&#241;or a Mois&#233;s.</div><div class="s1">S&#233;ptima plaga: el granizo</div><div class="p"> 13El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Ma&#241;ana, bien temprano, pres&#233;ntate ante el fara&#243;n y dile: &#171;Esto dice el Se&#241;or, Dios de los hebreos: Deja que mi pueblo salga a rendirme culto, 14porque si no, voy a desencadenar esta vez sobre ti, sobre tus cortesanos y sobre todo tu pueblo, todas mis plagas. De este modo aprender&#225;s que no hay nadie que se me parezca en toda la tierra. 15Yo podr&#237;a haber usado mi poder para herirte a ti y a los tuyos con la peste, y habr&#237;ais desaparecido de la tierra; 16pero te he preservado la vida para mostrarte mi poder y para que todo el mundo me conozca 17&#191;Y todav&#237;a te resistes a dejar salir a mi pueblo? 18&#161;Pues mira! Ma&#241;ana a esta hora har&#233; caer una granizada tan recia, como no se vio nunca en Egipto, desde su fundaci&#243;n hasta hoy. 19As&#237; que pon a resguardo tu ganado y cuanto tienes en el campo, porque la persona o animal que quede fuera sin ponerse a resguardo, ser&#225; v&#237;ctima de la granizada que le caer&#225; encima&#187;.</div><div class="p"> 20Los cortesanos del fara&#243;n que tomaron en serio la amenaza del Se&#241;or, resguardaron bajo techo a sus siervos y al ganado; 21pero hubo otros que no dieron cr&#233;dito a la amenaza y dejaron a sus siervos y ganados en el campo.</div><div class="p"> 22Y el Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Alza tu mano hacia el cielo, para que caiga granizo por todo el pa&#237;s de Egipto, sobre personas, animales y sobre los campos sembrados. 23Mois&#233;s alz&#243; su vara hacia el cielo, y el Se&#241;or desat&#243; una tormenta con truenos y granizo. Cayeron rayos sobre la tierra, y el Se&#241;or hizo que granizara en todo Egipto. 24Ca&#237;an los granizos y rayos mezclados con el granizo. Desde la fundaci&#243;n de Egipto no se vio jam&#225;s una granizada tan violenta.#Ap 8,7; 16,21. 25Aquel granizo destroz&#243; en todo el pa&#237;s de Egipto cuanto se encontraba en el campo &#8212;personas y animales&#8212;, machac&#243; toda la vegetaci&#243;n y tronch&#243; los &#225;rboles. 26&#218;nicamente el territorio de Gosen, donde viv&#237;an los israelitas, se libr&#243; del granizo.</div><div class="p"> 27Entonces el fara&#243;n mand&#243; llamar a Mois&#233;s y Aar&#243;n para decirles:</div><div class="p">&#8212;Reconozco que esta vez he pecado. La culpa es m&#237;a y de mi pueblo, no del Se&#241;or que es justo. 28Suplicad al Se&#241;or que cesen los potentes truenos y el granizo y no os retendr&#233; m&#225;s. Esta vez os dejar&#233; salir.</div><div class="p"> 29Mois&#233;s le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;En cuanto salga de la ciudad, alzar&#233; mis manos al Se&#241;or; los truenos y el granizo cesar&#225;n; as&#237; reconocer&#225;s que la tierra es del Se&#241;or. 30Pero bien s&#233; que ni t&#250; ni tus cortesanos tem&#233;is todav&#237;a a Dios, el Se&#241;or.</div><div class="p"> 31La cosecha de lino y cebada se perdi&#243;, pues la cebada estaba ya espigada y el lino en flor. 32En cambio, al trigo y al centeno no les afect&#243; porque brotan m&#225;s tarde.</div><div class="p"> 33Sali&#243; Mois&#233;s de la presencia del fara&#243;n y, una vez fuera de la ciudad, alz&#243; sus manos al Se&#241;or. El granizo y los truenos cesaron, y escamp&#243;. 34En cuanto el fara&#243;n vio que hab&#237;an cesado la lluvia, el granizo y los truenos, volvi&#243; a pecar. No solo &#233;l, sino tambi&#233;n sus cortesanos se volvieron intransigentes. 35El fara&#243;n se obstin&#243; en no dejar salir a los israelitas, como el Se&#241;or ya hab&#237;a predicho por medio de Mois&#233;s.</div>
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