21 Días Sobre El Poder De La Oración Por Angus BuchanMuestra

"Oración ferviente"

Se dice de Martín Lutero que cuanto más ocupado se volvía, más tiempo pasaba en oración. Cuantas más responsabilidades tenía que asumir, más temprano se levantaba por la mañana. Pero con nosotros es a menudo lo contrario: cuanto más ocupados estamos, menos tiempo dedicamos a la oración. Cuando lo piensas, ¡es completamente absurdo!

¿Recuerdas cuánto tiempo pasaste en oración cuando entregaste tu vida a Jesús por primera vez? ¿Cuánto creció su fe en ese tiempo? ¿Y por qué no deberíamos tener la misma energía ahora? La oración es un ingrediente básico de nuestra fe por una razón: la necesitamos para sobrevivir.

Tenemos que orar continuamente. La oración continua puede requerir disciplina al principio, pero después de un tiempo se convierte en una forma hermosa de vivir y en un sello distintivo de una relación vital con el Señor.

Hay diferentes tipos de oración. Hay oración colectiva, cuando oramos juntos. Hay oración de intercesión, cuando nos paramos en la brecha y oramos por cierta situación o persona. La oración de la que estoy hablando, sin embargo, es la oración personal, la oración entre un creyente y Dios.

Dios diseñó la oración para que fuera tan natural para un cristiano como respirar. Si esto no describe su vida de oración, anímese y persevere. La oración no es solo hablar; es también escuchar, esperar en Dios. Recuerda el dicho: “Cuando los hombres trabajan, trabajan. Pero cuando los hombres oran, Dios obra”.

ORACIÓN: Señor, por favor revitaliza mi vida de oración contigo. Anhelo que nuestra conversación fluya de forma natural e íntima. Amén.

El contenido de este devocional fue adaptado de "La Biblia con reflexiones de base" por Angus Buchan © Christian Art Publishers.