Vivir renovado: En NavidadMuestra

Expectativa

La temporada navideña está llena de asombro y alegría. Hay mucho que esperar con las exhibiciones de luces navideñas, los intercambios de regalos, las grandes reuniones familiares y los platos especiales que solo comemos en esta época del año. La expectativa y la emoción llenan el aire mientras nos preparamos para celebrar el nacimiento de Jesús.

Había un aire de expectación similar entre el pueblo judío cuando nació Jesús. Habían estado esperando la llegada del Mesías. El que vendría a salvarlos. Durante siglos, Dios les había hablado de Su plan para rescatarlos, y todo comenzaría con un nacimiento a través de una virgen.

Unos 700 años antes de que naciera Jesús, Dios habló a través del profeta Isaías diciendo: “Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel”.

Luego, poco antes de que naciera Jesús, vuelven a aparecer esas mismas palabras del profeta. Un ángel habló a José, el padre terrenal de Jesús, en un sueño diciendo:

“Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto ocurrió para cumplir lo que el Señor había dicho a través del profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel” (que significa “Dios con nosotros”).

Este es solo un ejemplo de las muchas profecías que se cumplieron con el nacimiento de Jesús. Luego, a lo largo de Su ministerio, Jesús hizo a Su pueblo aun más promesas sobre lo que iba a venir. Dijo que resucitaría de entre los muertos y vencería al pecado. Dijo que enviaría al Espíritu Santo como ayudador para guiarlos. Dijo que les iría a preparar un lugar y que volvería por ellos un día. Como Dios cumplió Su promesa de enviar un Salvador, la gente también creyó en estas promesas.

Ninguna de ellas ha caducado. ¡Cada una sigue siendo válida para nosotros hoy! Así es como podemos contemplar el nacimiento de Jesús y conocer la esperanza cumplida y la esperanza por venir. Al igual que el pueblo judío esperaba la llegada de un Salvador, nosotros esperamos Su prometido regreso.

Mientras atraviesas esta temporada festiva, ten fe en que las promesas de Dios son confiables y verdaderas. No solo para otros, sino específicamente para ti. Cuando tengas problemas, elige enfocarte en quién es Él y en todo lo que ha hecho por ti. Con una perspectiva eterna, es posible vivir las fiestas con esperanza en medio de situaciones desesperantes, con fe en tiempos difíciles, con alegría a pesar de las circunstancias y con paz en medio del caos.