7 Preguntas que siempre se repiten en las mentes de la mayoría del los hombresMuestra

Hemos imaginado nuestro futuro deseado:A los 70, quiero estar lo suficientemente sano para jugar al golf. Y hemos determinado las acciones que se tomarán para llegar allí:completar la fisioterapia para mi dolor de rodilla. Así que estamos listos, ¿verdad? Pongámonos en marcha.

No tan rápido.

Hay un obstáculo en nuestro camino por el que no podemos atravesar como si nada: el pecado. Es atractivo, deseable, placentero, engañoso y mortal, todo al mismo tiempo. Y nadie se salva.

El pecado se disfraza en cientos de tentaciones, pero abordaremos una que es casi universal.

Nuestra pregunta de hoy es: ¿Qué pasa con las mujeres?

Satisfacer los deseos del pecado a corto plazo socava tu capacidad para satisfacer tus deseos a largo plazo. No puedes estar con esa vecina, azafata o compañera de trabajo y tener el tipo de matrimonio que deseas en tus años dorados.

Nuestra respuesta a la tentación del pecado es típicamente la muletilla de "No mires. No tengas lujuria. No comas. No bebas''. Redoblamos mentalmente la promesa de tratar de ser un mejor hombre. Sin embargo, esto nunca funciona, ¿verdad? La lectura de hoy en Romanos nos recuerda por qué: no importa cuánta fuerza de voluntad tengamos, el mal, el pecado, está obrando dentro de nosotros.

Afortunadamente, como nos dice Gálatas, podemos liberarnos del pecado con una sola palabra. No digas "¡No!" Di "¡Ayuda!" La única forma de controlar el pecado es mediante el poder del Espíritu Santo. Solo tienes que pedirlo.

PRUEBA ESTO HOY

Cuando te sientas tentado, reemplaza la palabra "No" por la palabra "Ayuda". "Espíritu Santo, ayúdame a mirar hacia otro lado y recuérdame que mi objetivo final es una relación feliz con mi esposa".