Vivir renovado: En el matrimonioMuestra
Amar bien
Cada pareja es única, pero cuando examinamos matrimonios fuertes, podemos detectar similitudes. Generalmente, tanto el esposo como la esposa son pacientes, amables y atentos. Se edifican uno al otro. Escuchan activamente y hablan con transparencia. Son rápidos en perdonar. Eligen ver el bien en el otro y actuar como un equipo. En resumen, se aman bien el uno al otro.
Si no puedes marcar todas estas casillas, no te desanimes. De igual manera, si puedes marcar todas estas casillas, no te adelantes. Las claves para un matrimonio sólido no pueden resumirse en una simple lista. Seguir una guía de lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer solo te dará la apariencia de un matrimonio fuerte, pero no el trato real.
La verdad es que es que si tratas de amar a tu esposo con tus propias fuerzas, constantemente te quedarás corta. De igual modo, si siempre estás buscando que tu esposo llene el vacío que hay en ti, te defraudará constantemente. Su amor mutuo tiene que provenir del desbordamiento de su relación individual con Dios.
Cuando vivimos al paso del Espíritu Santo, la gente comenzará a reconocernos por lo que el apóstol Pablo llama el "Fruto del Espíritu", una parte del mismo es el amor, en simples palabras, a medida que te acercas más a Jesús, te volverás más como Él, y luego gracias a que Jesús es la encarnación del amor, naturalmente amarás mejor como Jesús.
Por ejemplo, cuando buscas la validación de Jesús en vez de la de tu esposo, tienes menos expectativas sin cumplir en tu matrimonio. Cuando le permites a Dios sanar tus heridas y le pides que te ayude a perdonar las ofensas cotidianas, puedes vivir en paz con tu esposo. Cuando reconoces que tienes un enemigo que quiere que tu relación fracase, puedes dejar de pelear contra tu esposo y comenzar a pelear por tu matrimonio.
Ningún matrimonio es perfecto porque todo matrimonio está formado por dos personas imperfectas. Es una decisión diaria permanecer conectado con Jesús, quien es la fuente del amor, y seguir su ejemplo en cómo amas a tu esposo. Sabrás si estás en el camino correcto cuando empieces a ejemplificar la clase de amor que Pablo describe en su primera carta a los Corintios. Entre otras cosas, explica el amor que honra a Dios como paciente, amable, humilde, perdonador, protector, confiado, esperanzado, y perseverante.
Luchar por tu matrimonio funciona mejor cuando el esposo y la esposa se abrazan y luchan como uno solo. Sin embargo, la dura verdad es que aún si haces todo lo posible para amar bien a tu esposo, no hay garantía de que él responderá con amor. Elige amarlo bien de todos modos y deja que la experiencia te acerque más a Dios. Aún si no obtienes los resultados que deseas para tu matrimonio, el tiempo que pasas con Dios nunca será desperdiciado.
Amar bien a tu esposo significa hacer lo mejor para vivir como una extensión de Cristo en tu vida cotidiana, sin esperar recibir nada a cambio. A medida que colocas tu identidad firmemente en Cristo y te conviertes en tu mejor versión, con suerte tu esposo ve el cambio en ti y es inspirado a acercarce más a Jesús. No lo puedes forzar a cambiar, pero tu ejemplo puede ser el catalizador necesario que genere la transformación de tu matrimonio.
Oramos para que Dios use este Plan para ministrar tu corazón.
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Acerca de este Plan
No existe el matrimonio perfecto porque el matrimonio es la unión de dos personas imperfectas. Pero con la ayuda de Dios, puedes tener un gran matrimonio, no pidiéndole que obre en tu cónyuge, sino que obre en tu corazón. Este Plan de 5 días te ayudará a encontrar sanidad, paz y confianza en Cristo, para que puedas amar bien a tu cónyuge y transformar tu matrimonio.
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