¡Elegido Para Ser Un Milagro! Plan De Adviento Basado en “The Chosen”.Muestra

Día 21: Extiende tu mano

Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal?, ¿salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús. (S. Lucas 6:6-11)

Era un día más en la sinagoga de nuestro pequeño pueblo. Era Shabat, y nos habíamos juntado para escuchar la lectura y alabar a Adonai, según los preceptos y las instrucciones de la ley. 

Me gustaba mucho ir a la sinagoga porque quería acercarme más a Dios, aunque a veces me sentía juzgado por los demás debido a mi enfermedad. Tenía una mano inmóvil, completamente seca. Era un defecto de nacimiento, algo que me había marcado toda mi vida. Varias personas habían sugerido que esa enfermedad debía haber sido un castigo de Dios por algún pecado que mis padres cometieron, lo cual me hacía sentir todavía más indigno. 

Un grupo bastante amplio de personas entraron en la sinagoga. No era común tener muchos visitantes en nuestro pequeño pueblecito, por lo que parecía que ese día iba a ser interesante. ¡No te puedes imaginar hasta qué punto se volvió interesante!

Una de esas personas parecía un maestro; más tarde descubrí que se llamaba Jesús. Jesús se acercó a mí pidiendo ver mi mano, mientras que los fariseos que estaban llevando a cabo la ceremonia empezaron a escandalizarse por el desorden formado. Le hicieron todo tipo de preguntas y le amenazaron diciendo que no podía sanar en sábado. 

Jesús les replicó: “¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla?” (Lucas 6:6–11) He de reconocer que no soy un maestro de la ley, pero las palabras de Jesús, ¡parecían tener tanto sentido!

Él entonces oró por mí, y me pidió extender mi mano. ¡No podía creer lo que veían mis ojos! El aspecto seco de mi piel había desaparecido gradualmente, hasta recuperar un color similar al del resto de mi piel. Cuando intenté extender mi mano vi que tenía movilidad, y mis huesos y músculos empezaron a ponerse en su sitio, hasta que fue totalmente restaurada. 

Los fariseos increparon a Jesús, y me decían que me apartarse de Él, pero no podía hacerles caso. De hecho, estaba como fuera de la realidad: solo podía admirar mi mano restaurada, con una sonrisa en mis labios. ¡Tenía dos manos! Dios había quitado esa afrenta que me había marcado durante toda mi vida, esa limitación tan humillante. Mi vida no será nunca más la misma, y lo que más deseo es servir con mis manos y mi ser a Aquél que me ha salvado. 

Mi nombre es Elam, y he sido elegido por Jesús. 

PD: Querido/a amigo/a, quizá tú también tienes marcas, heridas, traumas que han marcado tu existencia, y que te han hecho sentir que no tienes valor. Pero Dios quiere restaurarte. Él quiere darte sanidad, y que puedas levantarte con fuerzas renovadas, siendo consciente del valor tan grande que tienes para Él. Deja que el Señor empiece a hacer Su preciosa obra de restauración en tu vida durante estas Navidades.

Si quieres profundizar más en la meditación de hoy, no dudes en ir al Diario de Oración y apuntar ahí tus pensamientos. Si todavía no lo has descargado, puedes hacerlo en el enlace que aparece en la Introducción del plan de lectura ;)

¡Eres Elegido/a para ser un Milagro!
Christian Misch