Cómo compartir tu feMuestra
No puedes salvar a nadie
Aquí hay algo importante que necesitas saber: tú no puedes salvar a nadie.
No es tu trabajo, deber o responsabilidad.
Eso debería quitarte el peso de encima. ¡Uf! No vas a llegar al cielo y ver un gran pizarrón con las vidas que has salvado. ¿Salvé sólo dos vidas? El requisito era tres. La escalera para bajar está por allá. Y, a propósito, usa pantalones cortos porque hace mucho calor allá abajo.
No, no es tu trabajo. Dios es el que salva. Él es el único que tiene el poder suficiente para que eso pase.
Tu trabajo es plantar la semilla, construir relaciones, compartir, cuidar, brindar ayuda, dar esperanza y dejar que la gente conozca quién es Dios, lo que Él hizo por nosotros y la razón por la cual lo necesitamos. Y eso lo haces viviendo tu fe y dejando la salvación de estas personas para Dios.
¿Crees que puedas hacerlo?
Escritura
Acerca de este Plan
¿Dirías que eres bueno compartiendo tu fe con tus amigos? Puede ser algo aterrador de hacer. Si quieres ganar valor para compartir tu fe y aprender a hacerlo sin parecer raro, entonces este Plan Bíblico es para ti.
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