El Viaje Hacia La Navidad Muestra

El plan de Dios

Hoy reflexionamos sobre María la joven, la que pronto va a ser la madre de Jesús, encontrándose cara a cara con el ángel Gabriel. Él trae un mensaje de parte de Dios exclusivamente para ella.

En esta situación, cara a cara con un mensajero de Dios, un temor vil parece ser una reacción comprensible. Si yo fuera María, estaría espantada de que…

a) Hay una ángel en la vida real;
b) De alguna forma he llamado la atención del todopoderoso;
c) Están a punto de suceder cosas imposibles y yo voy a estar en medio de ellas.

Gabriel es rápido a la hora de consolarla: “No tengas miedo, María, Dios te ha concedido Su favor”.

El miedo puede ser algo que da la impresión que nos consume por completo. Quizá esa sea la razón por la cual “no tengas miedo” es el mandamiento más repetido en Las Escrituras. El favor y el amor de Dios desplaza el temor.

¿Qué me atemoriza en este momento? Le pido a Dios que ponga mis temores en perspectiva y recibo Su amor.

Haz una pausa y ora

Gabriel le cuenta a María el propósito de Dios para su vida. ¿A quién conozco que se sienta perdido o esté buscando su propósito en la vida? Oro por ellos ahora: Señor, guíales hacia Tu plan para sus vidas.

Haz una pausa y ora

Este niño será el Rey que Israel ha estado esperando, pero Su llegada está poniendo la vida de María patas arriba. 

Ella está comprometida para casarse. Lo normal sería que se casara, construyera un hogar, y después vendrían los hijos. Elegir ser parte del plan de Dios afectará el cuerpo de María, su familia, sus relaciones, su estatus social y probablemente más cosas. 

¿En qué áreas de mi vida tendría problemas si fueran puestas patas arriba por los planes de Dios?

Jesús, soy todo tuyo. Incluso las partes que me son difíciles de entregar. Espíritu Santo, enséñame a ser como María, a estar listo para confiar en el Señor y tirarme de cabeza a Sus planes con todo lo que tengo. Dios, utiliza mi cuerpo, mi talento, mis relaciones, mi sueldo, todo lo que Tú me has dado, para expandir Tu reino.
Amén.