Lucha Y Triunfo: Quién Dice Dios Que Somos en CristoMuestra

En Cristo, El Espíritu de Dios Santo vive en nosotros

"¿No sabéis que sois el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en medio de vosotros?" 1 Corintios 3:16

Una de las mayores diferencias entre el cristianismo y cualquier otra fe en el planeta es la promesa del don del Espíritu de Dios para vivir dentro de nosotros. En ninguna otra religión la deidad se entrega a sus seguidores. Pero Dios nos ha dado el mayor regalo de todos al darse a sí mismo.

Dios creó a las personas para que vivieran en comunión con él. Adán y Eva disfrutaron de esa comunión hasta que pecaron y se apartaron de Dios.

Cuando Jesús caminó sobre la tierra, sus discípulos pudieron interactuar con él todos los días. ¡Qué montaña rusa de emoción debieron haber sentido cuando lo crucificaron, resucitó y después les dijo que se marchaba!

Pero, como explicó, tenía que marcharse para que viniese el Consolador.

No podemos caminar físicamente con Jesús de la manera en que lo hicieron sus seguidores, pero ni siquiera ellos estuvieron con él a cada hora de cada día. Cuando envió al Espíritu Santo, que les había prometido, sus seguidores pudieron tener una comunión ininterrumpida con Dios a través del Espíritu Santo que vivía en ellos.

En el Antiguo Testamento, la presencia de Dios estaba en Su templo, y solo ciertas personas fueron llenas de Su Espíritu en momentos específicos para propósitos específicos. Ahora el Espíritu de Jesús vive en los corazones de todos los que lo reciben y creen en Él para salvación. Ahora somos Su hogar, Su templo.

Pablo escribió a los creyentes en Roma, “habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8: 15,16).

Tener el Espíritu de Dios viviendo en nosotros no es solo una cosa teológica o académica. ¡Somos sus hijos! "Abba" es la palabra aramea que un niño usaría para llamar a "papá." Su Espíritu en nosotros prueba que somos verdaderamente los hijos que ama.

Aplicando: Tienes el don más grande de toda la creación si el Espíritu del Dios que levantó a Jesús de entre los muertos vive en tu corazón. Él puede darte el poder de vivir una vida que le agrade y nunca estarás solo. ¿Le estás dando al Espíritu Santo la dirección de tu vida diaria? ¿Tu vida deja a otros ver que el Dios del universo habita en ti?