Apologética 101Muestra

Relativismo

Aunque no es posible saberlo todo, sin duda es posible saber algo. Sin embargo, algunos están en desacuerdo con esto, afirmando que no podemos saber nada fuera de nuestra propia realidad “personal” y en cambio debemos ponernos en contacto con la conciencia, nuestro “ser superior”. Tratar de buscar conocimiento fuera de nosotros mismos marchita nuestro verdadero potencial. La escritora del nuevo espiritismo Shakti Gawain cree que “cuando constantemente suprimimos y desconfiamos de nuestro conocimiento intuitivo, buscando en lugar de la autoridad [external], la validación, y la aprobación de los demás, regalamos nuestro poder personal”.

La idea que la verdad y la moralidad dependen de nuestra situación personal o cultural se llama relativismo. Si el relativismo es correcto, uno de los principales objetivos en la vida debería ser remover cualquier barrera que las personas puedan enfrentar para encontrar la verdad por sí mismas. Pero, ¿no es esto peligroso? Incluso Paul Kurtz, un filósofo ateo que ayudó a desarrollar una filosofía llamada “Humanismo secular,” reconoció que puede ser:

“El humanista se enfrenta a un problema ético crucial: En la medida que ha defendido una ética de la libertad, ¿puede desarrollar una base por la responsabilidad moral? Lamentablemente, el mero hecho de liberar a las personas de las instituciones sociales autoritarias, ya sea la iglesia o el estado, no garantiza que sean conscientes de su responsabilidad moral hacia los demás. Lo contrario es a menudo el caso. Cualquier cantidad de instituciones sociales regulan la conducta por medio de normas y reglas, y se imponen sanciones para hacerlas cumplir. Una vez que estas sanciones son ignoradas, podemos terminar con [un hombre] preocupado por su propia lujuria personal por el placer, la ambición, el poder, e impermeable a las restricciones morales”.

Kurtz entiende que al menos que haya alguna verdad moral revelada, todos estamos obligados a obedecer. Cualquier cosa puede interpretarse como buena o mala en relación con la situación en la que nos encontramos. Aunque nos esforzemos en hacer lo correcto, si no existe un estándar absoluto por el cual juzgar, entonces honestamente podemos estar en desacuerdo entre nosotros mismos sobre qué es lo correcto.