El poder extraordinario de la alabanza: un devocional de 5 días del libro de los SalmosMuestra

Alabar a Dios trae victoria

Tenemos un enemigo que quiere hurtar, robar, matar y destruir. Trabaja horas extra para robar nuestra confianza y nuestra pasión. Es mentiroso y acusador. Su nombre es Satanás. Sin embargo, Dios nos ha dado armas que podemos usar en la guerra cuando Satanás persigue. Podemos aplastar al enemigo con la Palabra de Dios y alabanza. Estas dos armas, cuando se combinan, lo aplastarán bajo tus pies. Así es como funciona. Satanás es alérgico a la alabanza. Cuando sientas que trata de derrotarte o robar tu confianza, comienza a alabar el nombre de Jesucristo. Mientras exaltas a Jesucristo por lo que Él es, Satanás huirá como un cobarde.

Vemos este principio en la historia de Josafat liderando las tropas de Judá para enfrentarse a los enemigos que los rodeaban. En lugar de enviar primero a las tropas, el rey Josafat envió coros que cantaban: “Den gracias al Señor; su gran amor perdura para siempre” (2 Crónicas 20:21). Mientras cantaban los coros, el SEÑOR envió emboscadas contra los enemigos y todos fueron derrotados. Esta poderosa historia ilustra cómo alabar a Dios, destruye al enemigo en nuestras vidas.

Selah – Pausa y reflexión: ¿En qué área de tu vida deseas ver la victoria? (por ejemplo, victoria sobre la ansiedad, el miedo, la adición, problemas alimenticios…) ¿Qué te parece alabar a Dios porque la victoria ya ha sido ganada a través de Jesucristo?

Oración de alabanza: Señor Jesús, Te exalto, porque con Tu ayuda atravieso cada situación que pareciera insuperable. Por Tu poder la oscuridad se convierte en luz. Gracias, pues cuando siento temor, Tu presencia va conmigo. Te alabo porque prometes guiarme en victoria al confiar en Ti. Dios Padre, gracias porque a través de Cristo tengo la victoria en cada situación. Ningún arma forjada contra mí prosperará. Te alabo, Señor Jesús, porque hoy estoy en victoria en Ti.

Salmo 18:46-49, “¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi roca! ¡Exaltado sea Dios mi Salvador! Él es el Dios que me vindica, el que pone los pueblos a mis pies. Tú me libras del furor de mis enemigos, me exaltas por encima de mis adversarios, me salvas de los hombres violentos. Por eso, Señor, te alabo entre las naciones y canto salmos a tu nombre”.

Para ayuda adicional para superar la ansiedad, únete a Becky Harling en un estudio de 6 semanas de los Salmos en El extraordinario poder de la alabanza.