Como navegar del duelo hacia la esperanza y la sanaciónMuestra

Encontrar tu propio camino

Es tu pérdida. Tu camino.

El duelo no es un proceso. Claro, puedes buscar en Internet y encontrar etapas, pasos y formas de afrontarlo, pero la realidad es que no hay una forma correcta de afrontar el duelo. Es diferente para cada persona, así que, sin importar lo que estés sintiendo hoy, está bien. 

Pero si buscas el consejo de alguien que ha pasado por lo mismo, te animo a que te arrodilles y ores por guía. La oración debería ser lo primero a lo que recurras, no lo último cuando ya estás hecho un ovillo. Aunque cuando estés en esa posición, ¡ora como si no hubiera un mañana!

Todos se apresurarán a decirte lo que debes o no debes hacer en este momento de pérdida, pero tu camino ya está establecido por Dios, y sólo Él puede mantenerte avanzando en la dirección correcta. 

Y hablando de instrucciones, probablemente hayas leído y oído cientos de veces que, cuando te enfrentas a la pérdida de un cónyuge, debes abstenerte de tomar decisiones importantes durante al menos un año. ¿Estoy en lo cierto?

Estoy segura de que mis amigos y mi familia pensaron que estaba loca cuando, menos de seis meses después de la muerte de mi marido, cerré la puerta de la casa que habíamos compartido y me mudé a Carolina del Norte. No vendí la casa, pero la dejé allí hasta que pudiera ocuparme de ella. Había tantos recuerdos allí. Mi marido y yo habíamos renovado la casa nosotros mismos y ver cada junta de yeso en mal estado, cada ventana torcida y cada error de novato que habíamos cometido en el proceso me rompió el corazón. Dejarlo atrás me dio la distancia que necesitaba para no enredarme en esas cosas, sino para recordar las partes buenas de compartir esa experiencia.

No solo compré una casa nueva, sino que también me jubilé anticipadamente de una carrera que me había dado un estilo de vida muy cómodo durante veinte años para seguir mi corazón y escribir a tiempo completo. Es cierto que escribir novelas no es exactamente una carrera segura y, en ese momento, mis amigos expresaron sus preocupaciones sobre esa decisión. Pero lo cierto es que sentí una increíble necesidad de hacer algo. La vida parecía increíblemente frágil y quería que el tiempo que me quedaba fuera significativo, no solo para trabajar. Oré. Escuché. Y fue con gran claridad y seguridad que Dios me guió a tomar esas decisiones. 

Sí, para otra persona que lo viera, parecía una locura, pero confié en Dios y desde entonces Él me ha llevado por el camino más asombroso. He experimentado cosas nuevas y he recibido bendiciones. A pesar de todo, Él ha sido la luz que me ha guiado.

Ahora bien, antes de comprar una casa nueva o cambiar de carrera, recuerda lo que dije al principio. Tu camino puede no parecerse al mío, pero, al igual que yo, es posible que te des cuenta de que lo que habías planeado puede no ser el plan de Dios para ti. Atravesar el duelo y recuperarse de él será diferente para cada persona, y mi historia no necesariamente será la tuya, ni debería serlo. Solo la comparto con la esperanza de que te sirva de consuelo en tu propio camino. Un ejemplo vivo de alguien que ha sufrido una de las experiencias más difíciles imaginables y ha salido adelante, alabando todavía a Aquel que la ayudó a superarla.

Padre Celestial, gracias por saber por lo que cada uno de nosotros está pasando y por preocuparte por cada una de nuestras diferentes historias. Gracias por guiarnos en los caminos únicos que enfrentamos y por nunca abandonarnos. Para cualquier persona que esté buscando sabiduría, consuelo o dirección hoy, te ruego que hables a su corazón y le des a conocer tu plan. Ayúdanos a aprender a escuchar bien y a confiar en ti, incluso cuando seguirte parezca o se sienta un poco loco. Amén.