Emociones sagradas - Respuestas bíblicas para cada retoMuestra

Una manera poderosa de asegurarte de que tu espíritu se va convirtiendo en la parte más fuerte de tu hombre interior es rezar sin interrupción. No digo quejarse sin interrupción, sino rezar sin interrupción.

Muchos cristianos se pasan la vida lamentándose y quejándose al Señor, ¡y luego se preguntan por qué sus rezos nunca reciben respuesta! ¡Cuando reces, hazlo con alegría! ¡Cuando reces, ponte en su presencia con valentía y fuerza! ¡Cuando reces, deja atrás tus emociones, presenta tu bien nutrido espíritu en la Sala del Trono y regocíjate en su presencia maravillosa!

Dios te ama cuando te lamentas... pero cuando unes tu espíritu con el suyo en una gran sinfonía de alabanza, entonces es cuando el cielo y la tierra empiezan a moverse en tu defensa. Como cristianos, no formamos un grupo de personas que se limitan a cantar y regocijarse con los cielos soleados y las circunstancias favorables, sino que estamos determinados a rezar con alegría incluso cuando nuestras vidas se están desmoronando. Colocarnos en su presencia con gratitud, sin importar lo que nos espere fuera del recinto de su presencia, es parte de nuestro ADN.

¡Los tres chicos hebreos adoraron en el horno ardiente! ¡Pablo y Silas cantaron en la medianoche, estando en prisión! ¡Esteban adoró mientras lo apedreaban! ¡Ana adoró cuando todavía no estaba embarazada! Únete a la multitud de creyentes de todas las generaciones de la historia que han decidido rezar con alegría.