Vibrante: Una Vida de AlabanzaMuestra

Peter se vuelve sumamente práctico en sus consejos para todo aquel que anhela convertirse en partícipe de la naturaleza divina. Su orientación pasa de lo visionario a lo esencial de cómo vivir una vida sin remordimientos.

¡Pedro quiere que seamos partícipes de la naturaleza divina! Para él es tan imperativo que ha creado una lista de opciones sobre las que reflexionar a diario. 

Pedro presenta un caso indiscutible de que la diligencia es uno de los más valiosos rasgos del carácter que uno puede elegir abrazar. Si nuestro objetivo es exhibir la naturaleza divina del mismísimo Dios, debemos aliarnos con Él en la producción de todo lo que es bueno y noble en el interior de nuestro ser. Cuando tu determinación se asocia con el poder de Dios, ¡la piedad que brillará en tu vida será simplemente magnífica! 

¡La fe es la base de todo lo demás en la vida! Sin una fe como la de los niños, dice la Biblia, no podemos agradar a Dios. Entonces, la fe es el componente más vital de esta vida excepcional para el cual fuimos creados. ¡La fe cambia lo imposible a lo posible!

La excelencia moral también puede ser traducida como virtud. Nunca serás la persona que Dios te ha llamado a ser si estás escogiendo vivir una vida de compromisos morales. Tu fe vibrante siempre te llamará a honrar el corazón de Dios en todas tus decisiones diarias. ¡La excelencia moral nunca tuvo como fin limitarte, sino liberarte!

Autocontrol es una palabra compuesta que a menudo nos hace estremecer. De alguna manera, nuestra alma nos ha llevado a creer que el autocontrol mata los placeres de la vida. Una conclusión sorprendente es que el autocontrol en realidad no me cambia intrínsecamente a largo plazo. Debo asociarme con el Espíritu Santo para vivir una vida de control divino y sobrenatural. ¡Mi autocontrol solo es eficaz en la medida en que le permito a Dios controlarme!

La piedad es el único atributo que distingue al creyente en Cristo de la conducta meramente buena que el mundo promueve. No somos buenos por el bien mismo, sino que estamos entrelazando el carácter de Dios mismo en nuestra constitución emocional y espiritual. 

Pedro se dio cuenta de lo que tú y yo a menudo ignoramos: el amor nos llena en lugar de agotarnos. La amabilidad hace que nuestras vidas sean más grandes, no más pequeñas. El amor y la amabilidad siempre mejoran el estilo de vida del que da. Siempre.