Quien Dices Que Soy – Parte 1 Muestra

Mucho antes de que David se convirtiese en rey, era simplemente un pastor de ovejas. A los ojos de las demás personas, David no tenía las cualidades para ser rey. Era el más joven de ocho hermanos y estaba en otro lugar cuidando del rebaño cuando el profeta Samuel llegó para ungir al futuro rey. Cuando Samuel estaba mirando a los hermanos de David, Dios le dijo: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”.

Dios eligió a David para ser rey. Él no era a primera vista la mejor opción para esa posición, pero Dios mira el corazón. Dios sabe lo que eres por dentro y por fuera. Él conoce lo bueno y lo malo pero a pesar de todo, ¡Él te eligió! Dios tiene un plan maravilloso y un propósito para tu vida y te ha elegido a ti para ese propósito. No ha elegido a nadie más para tu propósito. ¡Te ha elegido a ti! 

Las personas suelen fijarse solo en lo que hay por fuera, porque es lo primero que vemos y elegimos basándonos en lo que vemos, pero la historia de David nos recuerda que Dios ve nuestro corazón, no las apariencias. Lo que hay dentro de nosotros es más importante para Dios, y también debe ser lo más importante para nosotros. 

Lee los versículos de hoy para aprender acerca de la historia de David.