Alabanza Que TransformaMuestra

Todo Lo Que Respira

Muchas veces nos preguntamos qué necesitamos para que Dios escuche nuestra alabanza. Pareciera que hay que cumplir una gran cantidad de requisitos o ser determinada clase de persona para tener el derecho de alabar a Dios. Constantemente pensamos que es el talento lo que nos convierte en adoradores, pero, lo cierto es que este privilegio está disponible para todos. 

La Biblia narra algo muy importante: “Todo lo que respira alabe a Jehová.” (Salmo 150:6). Esto es algo que no tiene que ver con una condición ministerial, con un lugar o talento. La alabanza es un derecho de todos como creación de Dios. Esto es emocionante porque alabamos a Dios con el simple hecho de existir; podemos estar tranquilos y felices porque Dios creó todo el universo para Su alabanza. Él es tan grande que no necesita darte una condición especial para que sientas el deseo de alabarle, porque independientemente de lo que hagamos en nuestro diario vivir, en nuestros trabajos y labores, fuimos creados para Su alabanza. 

A menudo nos sentimos desanimados y creemos que no estamos bien o calificados para alabar a Dios. Es más, en muchas ocasiones nos alejamos creyendo que Él no nos quiere recibir. Hoy quiero decirte: Él nos diseñó de tal manera que nunca podamos desconectarnos de Él, ya que Su amor es tan grande e inagotable que no está condicionado. Por el contrario, siempre está esperándonos y atrayéndonos a Su presencia con lazos de amor.  La intención del Padre es conectar con sus hijos y, cuando entendemos eso, somos más libres para entrar delante de Su presencia tal y como somos, llenos de defectos, problemas y áreas por mejorar. 

En la Biblia existen muchas historias de hombres con problemas de carácter y debilidades que fueron atraídos por Dios para recibir una misión única y especial. Todos ellos cambiaron historias, pero fueron atraídos primero por el Padre, que no miró su condición, sino que sabía lo que Él mismo podía hacer en sus vidas. Dice la Palabra que todo lo que respira lo alaba, y hoy tú, mientras lees estas palabras, con tu respiración lo estás alabando. ¡Aleluya!

Reflexiona

• ¿Muchas veces has sentido que Dios no quiere conectarse contigo?

Ora 

• Agradécele a Dios por ser Su creación y por Su amor.
• Conéctate con Él tal y como eres. Él quiere escucharte. 
• Pídele que te ayude en tus debilidades.
• Dile que te enseñe el propósito especial que tiene para tu vida.