Conoce Quien Eres en Cristo - Descubriendo Tu Identidad EspiritualMuestra

CONOCE A TU NUEVO YO!

• ERES UN HIJO ELEGIDO DE DIOS, ADOPTADO CON UNA GLORIOSA HERENCIA

A todos los que reciben a Cristo, que creen en su nombre, Dios les da el derecho de convertirse en hijos de Dios. Son una posesión preciada del Dios que creó el universo y todo lo que hay en él, INCLUYÉNDOTE A TI! Él creó tu ser interior, tejiéndote en el vientre de tu madre (Salmo 139:13-14) y te predestinó a ser adoptado como hijo por medio de Jesucristo. Él es un padre para vosotros, adoptándoos para ser sus hijos e hijas. ¡Eres el hijo/la hija de un REY! ¿No es increíble? ¡Grítalo en voz alta! Di, "Yo, (inserta tu nombre), soy el hijo/hija de un REY!" Repítelo, "Yo, (inserta tu nombre), ¡Soy el hijo/hija de un REY!" ¡Aleluya! ¿No te hace sentir increíble? 

Te eligió antes de la creación del mundo para ser santo e intachable a sus ojos. Conoced la esperanza a la que os ha llamado, las riquezas de su gloriosa herencia en su santo pueblo (Efesios 1:18). Tu herencia como hijo de Dios nunca puede perecer, desvanecerse o estropearse, y está guardada en el cielo para ti! ¿Has dado gracias a Dios por tu herencia espiritual? Toma posesión de este regalo divino de tu amado Padre Celestial con aceptación y gratitud y experimenta las bendiciones que vienen con él. 

• ERES PERDONADO, LIBERADO, Y DADO VIDA EN CRISTO

Eres liberado de las garras mortales del pecado y tienes la vida eterna a través de la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección. Él pagó con su vida para darte el perdón y la salvación. Se tragó la muerte y obtuvo la victoria final, conquistando el pecado y la muerte en nombre de todos los creyentes. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados (1 Corintios 15:22). En Cristo, Dios promete el regalo de la salvación y la vida eterna, con nuevos cuerpos espirituales. No te salvas por ti mismo o porque lo mereces; la salvación es un regalo gratuito y de gracia de Dios. 

Se te declara "no culpable" de pecado; eres justo y sin condenas. Teniendo una nueva vida y naturaleza, puedes estar seguro de que el poder del pecado se ha roto. El viejo tú ha muerto con Cristo, incluyendo el pecado pasado. ¿Te aferras a alguna naturaleza pecaminosa? Si es así, acude a Dios en oración, pide perdón y serás limpiado. Recuerda, Dios elimina tus pecados tan lejos como el este está del oeste. Ya no existen. Tienes un nuevo comienzo, y el Espíritu Santo te ayudará a ser en tu experiencia diaria lo que Cristo ha declarado que eres.