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La Palabra (versión española)

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 <div class="book bkJER">
 <div class="chapter ch33" data-usfm="JER.33.3">
 <div class="p">3Ll&#225;mame y te responder&#233;; te comunicar&#233; cosas importantes y rec&#243;nditas, que no conoces.#29,12; Sal 50,15. </div>
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 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="EXO.14.1+EXO.14.2+EXO.14.3+EXO.14.4+EXO.14.5+EXO.14.6+EXO.14.7+EXO.14.8+EXO.14.9+EXO.14.10+EXO.14.11+EXO.14.12+EXO.14.13+EXO.14.14+EXO.14.15+EXO.14.16+EXO.14.17+EXO.14.18+EXO.14.19+EXO.14.20+EXO.14.21+EXO.14.22+EXO.14.23+EXO.14.24+EXO.14.25+EXO.14.26+EXO.14.27+EXO.14.28+EXO.14.29+EXO.14.30+EXO.14.31">
 <div class="p">1El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p"> 2&#8212;Di a los israelitas que cambien de direcci&#243;n y acampen en Pi Ajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal Sef&#243;n. Que instalen las tiendas mirando al mar. 3El fara&#243;n pensar&#225; que los israelitas no saben salir de Egipto y que el desierto les cierra el paso. 4Y yo har&#233; que el fara&#243;n no se d&#233; por vencido y os persiga; y de nuevo mostrar&#233; mi gloria a costa de &#233;l y de todos sus ej&#233;rcitos. As&#237; los egipcios tendr&#225;n que reconocer que yo soy el Se&#241;or.</div><div class="p">Los israelitas cumplieron esta orden. 5Cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo hab&#237;a huido, el fara&#243;n y sus cortesanos cambiaron de parecer con respecto a los israelitas, y se dijeron: &#171;&#191;Qu&#233; es lo que hemos hecho? Hemos dejado marchar a los israelitas, qued&#225;ndonos sin mano de obra&#187;. 6Entonces el fara&#243;n mand&#243; preparar inmediatamente su carro y reuni&#243; a su ej&#233;rcito: 7los seiscientos carros mejor equipados y el resto de los carros de Egipto, con sus correspondientes capitanes.</div><div class="p"> 8Y el Se&#241;or hizo que el fara&#243;n, el rey de Egipto, se obstinase en perseguir a los israelitas que hab&#237;an partido en plan de vencedores.#Nm 33,3.</div><div class="p"> 9Los egipcios con todo su ej&#233;rcito, con carros y caballer&#237;a, salieron a perseguir a los israelitas y les dieron alcance en el lugar donde estaban acampados, a orillas del mar, junto a Pi Ajirot, frente a Baal Sef&#243;n. 10Cuando los israelitas se percataron de que el fara&#243;n y su ej&#233;rcito iban hacia ellos, muertos de miedo clamaron al Se&#241;or, 11y dijeron a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;&#191;Es que no hab&#237;a sepulcros en Egipto, para que nos hicieses venir a morir al desierto? &#191;Para esto nos has sacado de Egipto?#15,24; 17,2-3; 32,1; Nm 11,1-6; 14,1-4; 16,12-14; 20,2-5. 12&#191;No te dec&#237;amos all&#237; que nos dejaras en paz sirviendo a los egipcios, pues m&#225;s nos val&#237;a ser esclavos suyos que morir en el desierto?</div><div class="p"> 13Y Mois&#233;s respondi&#243; al pueblo:</div><div class="p">&#8212;No teng&#225;is miedo; manteneos firmes y ver&#233;is la victoria que el Se&#241;or os va a conceder hoy; a esos egipcios que ahora veis, os aseguro que no los ver&#233;is nunca m&#225;s.#Jos 1,9; 10,8; Is 7,4; 2 Cr 32,7. 14El Se&#241;or luchar&#225; por vosotros que solo deb&#233;is esperar en silencio.</div><div class="p"> 15Entonces el Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;&#191;A qu&#233; vienen esos gritos? Ordena a los israelitas que reanuden la marcha. 16Y t&#250; levanta tu vara y extiende la mano sobre el mar que se abrir&#225; en dos para que los israelitas lo atraviesen pisando en seco. 17Yo har&#233; que los egipcios se empe&#241;en en alcanzaros y se metan en el mar detr&#225;s de vosotros. Entonces manifestar&#233; mi poder sobre el fara&#243;n y todo su ej&#233;rcito, sobre sus carros y su caballer&#237;a. 18Y cuando me haya cubierto de gloria a costa del fara&#243;n, de sus carros y de su caballer&#237;a, los egipcios tendr&#225;n que reconocer que yo soy el Se&#241;or.</div><div class="p"> 19El &#225;ngel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se situ&#243; en la retaguardia; y tambi&#233;n la columna de nube que marchaba delante de ellos 20se interpuso entre el ej&#233;rcito egipcio y los israelitas. La nube se oscureci&#243; dejando la noche l&#243;brega, de modo que no pudieron acercarse los unos a los otros.</div><div class="p"> 21Entonces Mois&#233;s extendi&#243; su mano sobre el mar, y el Se&#241;or hizo que el mar se retirase vali&#233;ndose de un viento huracanado del este que sopl&#243; durante toda la noche y que dividi&#243; las aguas en dos, dejando seco el mar.</div><div class="p"> 22Los israelitas entraron en medio del mar, pisando en seco, mientras las aguas formaban una especie de muralla a ambos lados.#Sal 77,16-20; 1 Co 10,1-2; Heb 11,29.</div><div class="p"> 23Los egipcios, persigui&#233;ndolos, entraron en medio del mar con los caballos del fara&#243;n, sus carros y su caballer&#237;a. 24Poco antes de despuntar el alba, el Se&#241;or mir&#243; al ej&#233;rcito egipcio desde la columna de fuego y nube y lo desbarat&#243;. 25Atasc&#243; las ruedas de los carros que a duras penas pod&#237;an avanzar. Entonces los egipcios se dijeron:</div><div class="p">&#8212;Huyamos de los israelitas, porque el Se&#241;or lucha a su favor contra nosotros.</div><div class="p"> 26Pero el Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas se precipiten sobre los egipcios, sus carros y su caballer&#237;a.</div><div class="p"> 27Mois&#233;s extendi&#243; su mano sobre el mar y, al despuntar el d&#237;a, el mar volvi&#243; a su estado normal. Los egipcios trataron de huir, pero se encontraron con las aguas, y el Se&#241;or hizo que los egipcios muriesen anegados por el mar. 28Las aguas, al juntarse, engulleron carros y caballer&#237;a, y a todo el ej&#233;rcito del fara&#243;n que hab&#237;a entrado en el mar en persecuci&#243;n de los israelitas. No se salv&#243; ni uno.</div><div class="p"> 29Los israelitas, en cambio, cruzaron el mar por tierra seca, mientras las aguas formaban para ellos una muralla a derecha e izquierda.</div><div class="p"> 30Aquel d&#237;a el Se&#241;or salv&#243; a Israel del poder de los egipcios. Los israelitas pudieron ver los cad&#225;veres de los egipcios a la orilla del mar, 31reconociendo el gran poder desplegado por el Se&#241;or contra los egipcios. El pueblo vener&#243; al Se&#241;or y deposit&#243; su confianza en &#233;l y en Mois&#233;s, su siervo.</div>
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 <div class="book bk2TI">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="2TI.2.13">
 <div class="q">13si le somos infieles, &#233;l permanece fiel,</div><div class="q">pues no puede faltar a su palabra.#Sal 89,33; Rm 3,3-4; Tt 1,2.</div><div class="p"> </div>
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 <div class="book bk1JN">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="1JN.2.28+1JN.2.29">
 <div class="p">28En resumen, hijos m&#237;os, permaneced unidos a Cristo, para que cuando se manifieste tengamos absoluta confianza, en lugar de sentirnos abochornados al ser apartados de &#233;l en el d&#237;a de su gloriosa venida.#3,2; 1 Co 1,7-8; 1 Ts 3,13; 2 Ts 1,7; Tt 2,13. 29Sab&#233;is que Jesucristo es justo. Por eso deb&#233;is saber tambi&#233;n que todo el que vive rectamente es hijo de Dios.#3,10; 4,7; 5,1.</div>
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 <div class="book bk1JN">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="1JN.3.1+1JN.3.2+1JN.3.3+1JN.3.4+1JN.3.5+1JN.3.6+1JN.3.7+1JN.3.8+1JN.3.9+1JN.3.10">
 <div class="p">1&#161;Mirad qu&#233; amor tan inmenso el del Padre, que nos proclama y nos hace ser hijos suyos! Si el mundo nos ignora, es porque no conoce a Dios.#4,7-8; Jn 1,12-13; Rm 8,16; Ga 4,4-5; Jn 15,21; 16,3; 17,25; 1 Co 1,21. 2Ahora, queridos, somos hijos de Dios, aunque todav&#237;a no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que el d&#237;a en que se manifieste, seremos semejantes a &#233;l, porque lo veremos tal cual es.#2,28. 3Esta esperanza que hemos puesto en &#233;l es la que nos va perfeccionando, como &#233;l es perfecto.</div><div class="s1">Jesucristo borra nuestros pecados</div><div class="p"> 4Todo el que peca quebranta la ley, pues el pecado consiste en conculcar la ley.#2,2; 4,10; Jn 1,29; 8,46 (ver tambi&#233;n 9,16.24.31); 2 Co 5,21; Heb 4,15; 7,26; 1 Pe 1,19; 2,22.24; 3,18. 5Y sab&#233;is que Jesucristo, en quien no hay pecado, vino a borrar nuestros pecados. 6Quien permanece unido a &#233;l no comete pecado; quien sigue pecando, es que no lo ha visto ni conocido. 7Hijos m&#237;os, que nadie os enga&#241;e; el que practica el bien es justo, como Jes&#250;s es justo. 8Pero el que sigue pecando pertenece al diablo, porque el diablo es pecador desde el principio del mundo. El Hijo de Dios vino para aniquilar la obra del diablo,#Gn 3,15; Jn 8,44; 12,31; 16,11; Ap 12,9-11. 9y ninguno que sea hijo de Dios puede seguir pecando, porque Dios es su Padre, y la vida misma de Dios alienta en &#233;l.#5,18; Rm 6,11. 10En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios.</div>
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