DÍA 1 – LEE

VERSO

“En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.” (Salmo 119:11)

MEDITACIÓN

En 2011, Willow Creek, la mega-iglesia con sede en Chicago, publicó los hallazgos de su estudio “Reveal”. Más de mil iglesias de todos los tamaños, denominaciones  y ubicaciones, así como 250.000 personas, participaron en la encuesta. Dos de los hallazgos más significativos de la encuesta se relacionaron con el compromiso de la iglesia o del individuo con las Escrituras:

Nada tiene mayor impacto en el crecimiento espiritual que la reflexión sobre las  Escrituras; Las iglesias con "mejores prácticas" (las que se encuentran en el 5% de las respuestas con mayor puntuación) "incorporan la Biblia en todo"

Esto fue un shock para Willow Creek, quien había pasado décadas siendo pionero en un modelo sensible al buscador y dedicando todos sus recursos a la creación de programas para que sus miembros los consumieran. Se suponía que un mayor compromiso con los programas ministeriales de una iglesia conduciría automáticamente al crecimiento espiritual. Sin embargo, los resultados mostraron que ese no era el caso. Esto provocó un replanteamiento dramático de la estrategia y el enfoque de Willow, y lo más significativo fue el compromiso de ayudar a los miembros a involucrarse con las Escrituras por su cuenta fuera de la iglesia.

En el Salmo 119, escrito hace 2.500 años, el salmista celebra el poder de la Palabra de Dios para frenar las actitudes y comportamientos pecaminosos. Conoce de primera mano su eficacia para fomentar la obediencia a la ley de Dios. Pero, ¿qué podemos aprender de esto en el siglo XXI?

Vivimos en una época en la que podemos celebrar la disponibilidad de una Escritura escrita en casi todos los idiomas de Europa. El salmista tuvo el privilegio de celebrar la centralidad que la Palabra de Dios tuvo en la vida del pueblo. Se cree ampliamente (debido a las referencias a pasajes de los profetas del exilio) que el Salmo 119 fue escrito poco después del exilio en Babilonia, cuando los principales símbolos de la presencia de Dios entre su pueblo, el Arca de la Alianza y la Monarquía, se habían perdido. La presencia de Dios ahora se ve de manera suprema en la Torá, la ley de Dios. Es por eso que el salmista está tan comprometido en esconder la palabra en su corazón: ¡es la voz misma de Dios!

Considere su propia salud espiritual: ¿está creciendo en su amor por Dios y en su amor por los demás? ¿Qué prácticas espirituales puede adoptar en su vida para mantener el fuego encendido, recordando sobre todo que comprometerse con las Escrituras es, con mucho, el indicador más importante de salud y crecimiento espiritual?

MOTIVOS DE ORACIÓN

·  Da gracias por la disponibilidad de la Escritura en Europa, especialmente por aquellos que dieron su vida, hace siglos, para ver la Biblia traducida al idioma del pueblo.

·  Ora por el trabajo continuo de traducción, para que los pueblos del mundo sin Biblia que quedan pronto puedan leer y escuchar la Palabra.

•  Pastores y líderes: ore por las personas de las iglesias a las que sirve, para que aumenten su amor por la Biblia y su obediencia a sus enseñanzas.

•  Miembros de la iglesia: ore por sus pastores y líderes, para que puedan continuar predicando la Biblia fielmente, así como para equiparlo para un viaje de por vida en las Escrituras.

ORACIÓN SUGERIDA

“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!”

(Salmo 1:1-3)

REFLEXIÓN

Pasa de 15 a 20 minutos leyendo el Salmo 119 en su totalidad. Es el capítulo más largo de la Biblia (176 versículos) pero recompensa al lector que se compromete a estudiar sus verdades.

Autor

Oli Proctor, Gran Bretaña

Gerente de Asociaciones Bíblicas para Europa y Asia Central