Permanecer en Jesús - Devocional de Adviento de 4 díasMuestra

Esta época del año puede hacernos sentir nostalgia del pasado. Por ejemplo, ¿puedes recordar cuál fue tu regalo de Navidad favorito que hayas recibido? 

Si es así, tómate un momento para revivir realmente esa experiencia. ¿Qué sonidos u olores recuerdas en ese momento? ¿Recuerdas la sensación del papel de regalo en tu mano mientras abrías el paquete? ¿De qué color era el papel? ¿Quién estaba ahí contigo? Volver a adentrarse en esa historia con tu imaginación es poderoso y probablemente te traiga esos mismos sentimientos que experimentaste. 

Ahora, ¿qué pasa si lees las Escrituras de la misma manera? Por supuesto, no estuviste físicamente presente en los eventos bíblicos; sin embargo, ¿qué pasaría si activaras tu imaginación y te insertaras en un pasaje de las Escrituras?

Acercarse a la Biblia con la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto es particularmente útil para aquellos que tienden a conectarse con las Escrituras en un nivel puramente cognitivo, especialmente durante la temporada de Adviento. En lugar de ver los hechos desde lejos, nos acercamos. El uso de nuestros cinco sentidos nos da la oportunidad de involucrar nuestra imaginación dada por Dios al ubicarnos dentro de las historias de las Escrituras. A medida que empatizamos con las personas de la Biblia, entendemos sus eventos de una manera más práctica. Ya no nos limitamos a leer un libro; vivimos un acontecimiento y, al hacerlo, despertamos nuestra alma.

Abre tu Biblia en Mateo 1:18-21. Antes de leer, en silencio pídele a Dios que prepare tu corazón y guíe tu imaginación. Luego lee el pasaje.

Imagina a José en un sueño profundo. El mundo está en silencio y hay un aire fresco. Imagina la sorpresa de José cuando de repente se le aparece el ángel del Señor. ¿Grita de sorpresa? ¿Se humilla y cambia de postura? ¿Qué pasa por su mente al escuchar que el tan esperado Salvador de su pueblo finalmente está llegando? Sin duda, José confía en que Dios cumplirá sus promesas. ¿Y tú?

Pídele a Dios que te llene de la misma confianza y comprensión que tuvo José cuando fue visitado por el ángel del Señor, y que te revele las áreas de tu vida donde Él puede usarte para hacer un buen trabajo para su reino.